El ex titular de la SIDE se refirió a la aparición de las desafortunadas declaraciones de Villegas pero también advirtió que la ex presidenta se muestra horrorizada por el tema cuando nunca explicó el espionaje paralelo que se había montado con Milani durante su gobierno.
La aparición del video donde Villegas aparece diciendo que le gustaría tener una Gestapo para terminar con todos los gremios, causó un inmediato revuelo sobre todo en el gobierno nacional y sus fuerzas aliadas. Al respecto, el ex titular de la SIDE Miguel Ángel Toma trajo a colación que hubo una doble moral con la que se exponen estos temas en redes sociales, sobre todo por parte de la ex presidenta Cristina Fernández.
“La reacción del kirchnerismo y la izquierda en general respecto de esas declaraciones tiene un fuerte contenido ideológico además del oportunismo político”, indicó primeramente en la 99.9. Luego abundó: “cualquier referencia a la Gestapo, la Stasi o la KGB realmente es condenable pero una u otra también. Sino estamos frente a una doble moral que está presente en la conducta de la ex presidente y su hilo de Twitter en relación a las declaraciones de Villegas”.
Para Toma el objetivo de todas estas maniobras es que todo parezca lo mismo: “lo que se pretende es igualar hacia abajo. Cristina Fernández tendría que decir que hizo inteligencia de estado con Milani, pero ellos hicieron espionaje ilegal con quienes estaban en esa reunión. Estamos ante un intento de justificar el Lawfare por parte de la ex presidenta que quiere vender que es víctima no de sus propios actos de corrupción, sino de una persecución que tiene como asociados a los servicios de inteligencia, los periodistas y la justicia. De todos modos, hay cosas que le es difícil explicar”.
Más allá del cotillón político alrededor del tema, consideró que no hay posibilidades de que judicialmente avance una causa al respeto: “desde el punto de vista judicial, es muy inconsistente el video. Esta causa, no tiene atadura desde el punto de vista legal, pero tratarán de hacer el mayor daño de naturaleza política. Es muy probable que esa grabación que fue hecha por una cámara permanente que existe en el Banco Provincia haya sido tomada por alguien y se la entregaron a Camaño para hacer esta operación sucia. Para darle cierta verosimilitud se la incorpora a los discos rígidos de la AFI y se toma de ahí para tomar la denuncia. Es muy inconsistente”.
Paralelamente, Toma hizo hincapié en todo lo que se encontró en la casa de Cristina Fernández vinculada al espionaje ilegal que se montó desde su gobierno y cuyas causas todavía no han avanzado lo suficiente: “cuando el juez Bonadío allanó su domicilio particular de la ex presidente en Calafate, encontró carpetas a las cuáles tuve acceso porque era uno de los damnificados por esa operación de inteligencia. En ese momento, había otras carpetas que incluían nombres, direcciones y datos personales de personas que compraban dólares en esos momentos donde no había cepos ni restricciones. Había desgrabaciones de teleconferencias de directivos de empresas privadas como Repsol o General Motors con sus casas matrices. Había carpetas con investigaciones sobre la persona de Reutemman en aquél momento senador de la Nación, otras con investigaciones sobre supuestas actividades económicas de Jaime Stiuso que era oficial de inteligencia en aquél entonces. Era una serie de acciones de espionaje ilegal y paralelo que constituían un intento de persecución a opositores, empresarios y periodistas. Todo era parte de un sistema de espionaje paralelo”.
Justamente sobre esa herramienta que había generado Cristina Fernández desde su gobierno brindó más información: “en Argentina se desarrolló una estructura de espionaje ilegal y paralela con la finalidad del control y la represión social. Lo peor de todo fue que se hizo como en los como en las mejores épocas del terrorismo de estado, desde la estructura militar. Entre 2010 y 2014, se produjo algo interesante en el análisis del presupuesto. Esos cuatro años, las designaciones para la inteligencia militar aumentaron un 156% en un país que no tiene hipótesis de conflicto. En el mismo período, comienza a reubicarse el país en un contexto distinto porque comenzaron las negociaciones que terminaron con el Memorandum de Irán. Se estaba revirtiendo lo que estaba investigando Nisman y le costó la vida. Esta estructura paralela se empieza a desarrollar porque la AFI deja de ser confiable ya que apoyaba a Nisman. No les servía para la persecución de opositores y comenzaron a desarrollar la actividad. Esas carpetas que se armaban eran trabajos muy profesionales”, finalizó.