Javier Iguacel, actual intendente de General Sarmiento y ex ministro de Energía de la nación, a partir de su extensa experiencia de más de veinticinco años de trabajo como ingeniero petrolero destacó los ejemplos de Usuahia y Río de Janeiro, ciudades que tienen actividad turística internacional y, al mismo tiempo, explotación petrolífera.
Iguacel hizo hincapié en que, a pesar de la alarma que se instaló en la opinión pública alrededor de este tema, se está hablando de actividades que ya tienen décadas de historia en el país, y que son perfectamente compatibles con otras actividades. «Mi primer trabajo de campo fue como ingeniero en YPF. Fuimos a Malargüe, en la cordillera, bastante cerca de las leñas y ahí hicimos fracking. Estamos hablando del año 1997, en un momento en el que nadie hablaba de esa técnica pero que existe en la Argentina desde 1970. Con la prospección en el mar, pasa más o menos lo mismo: nuestro país tiene casi doscientos pozos en el océano, en una actividad de explotación que ya tiene más de cuarenta años en funcionamiento en Tierra del Fuego. Estamos hablando de Usuahia, un lugar que tiene turismo internacional permanente y que es perfectamente compatible con la explotación petrolera y gasífera. Gracias a esas plataforma que están produciendo es que podés calentar el mate a la mañana, o prender la luz», dijo.
En cuanto a la prospección sísmica, Iguacel asegura que existe una extensa experiencia en océano frente a la provincia de Buenos Aires, y que no ha producido ningún tipo de desastre ecológico. «Con respecto al mar en la zona de la costa bonaerense, el último pozo que se hizo ahí fue en el año 1997 pero, en cuanto a la exploración sísmica —que es el debate que se da ahora con respecto a los peces, etcétera—, se estuvo haciendo como nunca antes en decenas de kilómetros hasta el año 2019. Se trata de ondas sonoras que viajan por el mar y llegan a la corteza terrestre en la base del océano y después vuelve, rebota. Eso es lo que se lee. No ha habido matanza de peces ni nada parecido, y no se ha afectado a la pesca», dijo.
El actual intendente de Capitán Sarmiento cuestionó a quienes impulsan estas campañas de miedo en torno al tema de la exploración petrolífera. «A mí me sorprende una reacción tan virulenta. Si uno deja de lado ciertas acciones intencionales, a veces de naturaleza política, tiene que asumir que se debe al desconocimiento, a una reacción de alerta y temor por algo que es desconocido pero que, en realidad, sucede todos los días», aseguró.
Con respecto al argumento de que las plataformas petroleras podrían afectar el paisaje de la costa marplatense y por lo tanto la actividad turística, Iguacel puso como ejemplo lo sucedido en Brasil: «A las plataformas es imposible verlas, están a trescientos kilómetros. De hecho, un ejemplo es lo que se hizo en Brasil, que a ese país le solucionó un problema energético importante, en donde las plataformas están frente a las costas de Río de Janeiro o de Copacabana. Lo que sería correcto es decir que las plataformas van a estar frente a la costa bonaerense, puede ser Mar del Plata, o Bahía Blanca, lo concreto es que no se van a ver».
El ex ministro de Energía de la nación reconoció que muchas de las reservas y temores nacen de una perspectiva positiva, que es la del cuidado del medioambiente, pero criticó que otras acciones claramente nocivas para el planeta no reciban también este tipo de atención. «Es lógico que aparezca temor ante esta nueva y buena idiosincrasia de la ecología y la búsqueda de un medioambiente sustentable. Está espectacular que eso sea un punto en la agenda de la sociedad. Pero también debería llevarnos a replantear qué cosas están muy mal y sobre las que no hacemos nada, como los basurales a cielo abierto. Sin ir más lejos, acá cerca de Capitán Sarmiento hay un basural lindante con la ruta 55 —que es muy importante en la provincia de Buenos Aires—, en donde se tiran los residuos y se prenden fuego continuamente, y eso es terrible».
Iguacel también destacó algunos aspectos de este proyecto que podrían ser incluso positivos para el cuidado del medioambiente, como la sustitución del carbón por otra fuente de energía menos contaminante. «Luego de la revolución industrial, la fuente principal de energía fue el carbón. Este todavía representa el 30% de la matriz energética mundial ya que se utiliza mucho para generar energía eléctrica en países como China, India, en Europa o en los Estados Unidos. En este último caso, ahora se está utilizando mucho menos porque, gracias al fracking, se empieza a usar más gas, que es mucho mejor porque, de los hidrocarburos, es el que menos afecta al medioambiente», relató.
También destacó que existe una noción incorrecta al respecto de cuáles son las actividades en torno a los hidrocarburos que generan contaminación y que, de hecho, muchos pozos petrolíferos conviven tanto con la fauna silvestre como con la vida cotidiana de los seres humanos sin afectarlos en lo más mínimo. «En el caso del petróleo o el gas, ¿cuándo es que se contamina, que se genera el dióxido de carbono que va a la atmósfera y es uno de los causantes del efecto invernadero? Cuando prendemos el motor del auto, cuando tomamos un avión, un tren, o un colectivo. Es decir, cuando lo consumimos, no cuando es extraído de la tierra, procesado y llevado hasta la refinería. En todo ese proceso de producción, no hay contaminación. En la yunga salteña hay exploración petrolífera y convive con la naturaleza perfectamente, de hecho, hoy el yaguareté recorre esa selva porque, al haber explotación de petróleo en la zona, las actividades de control hicieron que desapareciera la caza furtiva. En Neuquén la gente está acostumbrada al mundo petrolero, es parte de su vida, de la vida de sus padres y sus abuelos. De hecho, hay un campo de golf en donde hay un pozo petrolero que ya no produce porque se agotó, pero que por años estuvo ahí y convivía perfectamente».