Eduardo Amadeo es ex diputado nacional y un referente político de la oposición. A partir de una serie de encuentros que él organizó, entre un grupo de empresarios argentinos que actualmente residen en Uruguay y la presidente del PRO, Patricia Bullrich, analizó algunas cuestiones que tienen que ver con la realidad actual y el futuro de nuestro país.
«La idea fue que Patricia Bullrich se juntara con empresarios de todas las edades y tamaños que están aquí», dijo, al respecto de los encuentros que él organizó. «Le cuento un dato: la Asociación de Residentes Argentinos en el Uruguay, hace un año, tenía cien miembros. Hoy, tiene cuatrocientos ochenta. Son empresarios de todos los tamaños, desde emprendimientos muy grandes como el que encabeza el señor Marcos Galperín, que es CEO de Mercado Libre, hasta jóvenes de treinta o treinta y cinco años que se han venido para aquí a buscar mejores horizontes para su vida».
Al respecto de los jóvenes que eligen irse a vivir a Uruguay, sostuvo: «Es francamente muy deprimente, porque son chicos muy capaces que podrían aportar mucho a nuestro país y se han ido».
La idea detrás de la propuesta era, por un lado, que los referentes políticos pudieran entender las razones por las cuales estos compatriotas decidieron irse del país pero, también, que ellos pudieran plantear sus inquietudes: «Ellos querían saber a dónde va la Argentina, cuál es el futuro, y qué es lo que se puede esperar, porque, salvo por los mayores que ya no van a volver, todos estos chicos lo que quieren es regresar al país en algún momento».
Entre las inquietudes que plantearon, Amadeo destacó: «Decían: ¿Cómo podemos seguir adelante con un gobierno que no nos da ninguna esperanza al respecto de cosas tan elementales como el respeto a la propiedad privada? ¿Cómo podemos pensar que hay esperanza con un gobierno que promueve una marcha contra la justicia, porque la Corte Suprema ES la justicia? ¿Que están destruyendo la educación de la manera en la que lo están haciendo? Ni siquiera nos aseguran que podamos invertir y que mañana no haya nuevos impuestos sobre esa inversión».
Ante estas dudas, según Amadeo, Patricia Bullrich tuvo una posición muy clara: «Ella usó una frase que seguramente sea interpretada como parte de la discusión política pero que es muy acertada que es “acá no hay espacio para tibios”. No se puede ser tibio con Baradel, con quienes ocupan terrenos, con los que están continuamente agrediendo a la instituciones. Nosotros tenemos que marcar un rumbo muy fuerte. Tenemos que ser severos, porque si no el gobierno va a seguir patinando, nos van a seguir degradando como sociedad y quitándonos las esperanzas. Tenemos que frenarlos porque si no, efectivamente, la salida del país de estos jóvenes va a ser masiva».
Amadeo continuó: «No podemos callarnos la boca y tolerar, porque estamos caminando por le borde. Patricia decía: “¿Cómo me puedo callar yo cuando el gobierno prefiere coquetear con una dictadura de cuarta como la de Nicaragua afectando las posibilidades que tenemos de resolver el peor problema que tenemos los argentinos, que es la deuda?”. Fue también muy dura con el tema de la educación, con las agresiones cotidianas a los pibes que quieren salir adelante y que el gobierno no hace nada por coquetear con Baradel y compañía».
Al respecto de la importancia de este momento político para el país, dijo: «Tenemos por delante una cantidad de desafíos enormes, que no están condicionando ya el futuro de acá a cincuenta años, sino el futuro inmediato, el de mañana. El otro día, Baradel y otros más se la agarraron contra la ciudad de Buenos Aires porque dijo que los chicos en el último año tenían que hacer capacitaciones y entrenamientos en empresas. Eso es esencial: que los pibes sepan cómo se trabaja en una empresa. Y no estoy hablando de la Ford, que no digan que estamos hablando de imperialismo, estoy hablando del estudio contable de la vuelta de la casa. Ellos dijeron que no, que no hay que hacerlo, porque es meterlos a los pibes en el capitalismo».
Amadeo finalizó destacando la gravedad de esta postura: «Más allá de las discusiones ideológicas, ¿se puede ser tan miserablemente insensible como para no darse cuenta de que un pibe que sale hoy en día de la escuela no tiene las herramientas para conseguirse un laburo? Pero ellos prefieren la ideología. La ideología, es más importante que el trabajo. Y eso demuestra una increíble sensibilidad porque quien no tiene trabajo, no tiene futuro».