Es la primera jefa comunal de la capital norteña y, según analizó, la lucha feminista se da con “hechos” y no con “discursos”. Sobre su futuro político, aseguró que va a acompañar a Gustavo Sáenz en la reelección a la gobernación.
De visita por Buenos Aires para promocionar el turismo salteño y reunirse con funcionarios nacionales, Bettina Romero descartó la posibilidad de buscar la gobernación de su provincia. Por el contrario, acompañará a Gustavo Sáenz en la reelección para el 2023. En una entrevista con Infobae, la intendenta analizó las discusiones entorno al movimiento feminista y apuntó contra la gestión de Elizabeth Gómez Alcorta en el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad: “Tienen recursos, pero me gustaría que bajen realmente a territorio”.
La primera intendenta mujer de la ciudad de Salta reconoció que la gestión de Alberto Fernández tiene una “mirada federal”, en especial por los buenos resultados que obtuvo frente a los pedidos y reclamos que presentó ante los ministros Eduardo “Wado” De Pedro (Interior), Juan Zabaleta (Desarrollo Social) y Gabriel Katopodis (Obras Públicas).
Sin embargo, Romero relató que una de las “primeras puertas” que golpeó fue la del Ministerio que encabeza Gómez Alcorta: “Yo me reuní y, siendo franca, pudimos hacer muy poco por una cuestión operativa o quizás porque queda todo en discurso”.
—¿Cómo es su vínculo con el gobierno de Alberto Fernández?
— Tengo buen vínculo con el gobierno nacional porque tenemos proyectos concretos. La mejor forma de hablar de progreso es con obras. Salta creció mucho y hoy es la sexta ciudad más grande de Argentina. Una ciudad que creció con un montón de asentamientos y barrios populares en las últimas décadas. Por eso tengo mucho vínculo con el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, por todo lo que tiene que ver con barrios populares. Soy intendenta y necesito invertir en más recursos para los casi 700 mil habitantes. Es una ciudad que crece y puede liderar en el norte. Por eso cada tanto vengo (a Buenos Aires) para empujar los proyectos.
—¿Y con el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz?
— Con el gobernador tenemos un frente político electoral local y venimos trabajando juntos en las últimas dos elecciones y nos va bien. Tenemos una mirada común de Salta. Mi vínculo con Nación lo fui trabajando. Creo en el diálogo y en vincularse con todos los sectores y dirigentes. Wado De Pedro, Gabriel Katopodis y Juanchi Zabaleta son las personas con las que tengo un vínculo directo y puedo plantear la situación de mi ciudad.
— ¿Hay posibilidades de disputar el lugar de Sáenz el año que viene?
— El gobernador ya planteó que él quiere reelegir y nosotros estamos para acompañarlo. Yo amo ser intendenta, creo en los gobiernos locales. Me volví una fanática de los municipios y gobiernos locales. Esta ciudad tiene por primera vez una intendenta, una ciudad en la que habitan el 50% de los salteños. Estoy para acompañarlo a Gustavo en su reelección, el año que viene él ya avisó que va a desdoblar las elecciones, van a ser a principios del 2023. Estoy abocada a la ciudad, comprometida con la ciudad y tengo varios proyectos que empujar y trabajar.
— ¿Pero piensa en una futura candidatura?
— Yo amo Salta pero no soy una fanática de los cargos y lugares. Donde uno está tiene que dar lo máximo. Hablar ahora de lo que podría suceder en el futuro la verdad no tiene sentido. Los problemas están hoy y hoy hay alta tasa de desempleo y falta infraestructura. Sin embargo, Salta tiene potencial, tiene historia y gastronomía. Tenemos tanto por hacer que no estoy focalizada en las elecciones, ni siquiera en las del año que viene, sería una falta de respeto hablar de elecciones.
— Siendo la primera mujer intendenta en Salta, ¿cómo se lleva con el movimiento feminista?
— Me identifico con lo que creo que sentimos todos: una sociedad más igualitaria. En mi provincia lamentablemente todavía se lidera el ranking de femicidios. Es por eso que levanto la bandera por una sociedad más justa e igualitaria. Falta mucho por hacer y no puede ser solo leyes provinciales de emergencia para los femicidios, claramente eso no nos lleva a mucho más porque la normativa existe en el país y en nuestras provincias. Lo que hace falta son políticas concretas, por eso desde el municipio pusimos en marcha un banco municipal de microcréditos para las mujeres que tienen algún tipo de dependencia económica y quieren encarar su proyecto propio.
La clave cuando hablamos de feminismo no es detenernos en la violencia ni generar más grieta en una causa que nos tiene que unir a todos. Me niego a los rótulos o a las grietas, en definitiva nadie puede negar que todavía en Argentina falta mucho para hablar de igualdad, no sólo en ocupar cargos sino en tener más oportunidades.
— ¿Cómo ve la gestión de Elizabeth Gómez Alcorta?
— Hay un Ministerio que tiene recursos, programas y me gustaría que bajen realmente a territorio. Yo me reuní y soy franca: pudimos hacer muy poco por una cuestión operativa o quizás porque queda todo en discurso. Yo amo la política, pero creo que la política es hacer.
— Tiene más llegada con los otros ministros que con Gómez Alcorta…
—Es medio irónico. Somos pocas las mujeres que gobernamos en Argentina. Reunirnos por reunirnos y después no generar un programa no lo comparto. Fue uno de los primeros Ministerios que golpeé la puerta porque tengo la obligación de gobernar en una de las provincias con mayor nivel de femicidio y violencia. Si hay un lugar donde invertir es en el norte argentino, en Salta, donde siguen sucediendo casos atroces y hay que llegar con recursos para prevenir. Serán formas de trabajar, no lo sé. Yo no he encontrado muchas políticas, lejos de quejarme hemos impulsado políticas concretas. Hay que generar oportunidades reales para no quedarnos con lo discursivo. Yo como mujer podría hablar y debatir pero prefiero hablar de cosas concretas.