Treinta heridos en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén en una escalada de violencia

Según el status quo, en vigor desde 1967, Jordania custodia la Explanada, donde el culto está reservado solo a musulmanes; los judíos solo pueden entrar como visitantes.

Decenas de personas han resultado heridas en nuevos disturbios en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, cuando cientos de palestinos se amotinaron con piedras para evitar la entrada de la policía israelí, un día después de que el movimiento islamista Hamás instara a “movilizarse” en el rezo del viernes en el lugar sagrado. Según la policía israelí, cientos de personas —la mayoría enmascarados y portando banderas de Hamás— se amotinaron dentro de las mezquitas desde el rezo de las 4.00 (2.00 GMT) y arrojaron piedras y fuegos artificiales a los oficiales.

La Media Luna Roja indicó que 31 palestinos —de los que 14 fueron trasladados al hospital— resultaron heridos en las cargas policiales, que según un portavoz de la policía, a pesar del lanzamiento de piedras, no se llevaron a cabo hasta que finalizó el rezo, después del cual los “enfrentamientos se intensificaron y se movieron al Muro de los Lamentos, donde se estaban realizando las oraciones judías.

“Las fuerzas policiales se vieron obligadas a utilizar medios de dispersión de disturbios y hacer retroceder a los alborotadores”, señaló un comunicado de la policía, en el que se comprometieron a seguir garantizando la libertad de culto de todas las religiones en Jerusalén.

Este tipo de enfrentamientos entre palestinos y policía israelí se han repetido casi a diario desde el pasado viernes, cuando hubo más de 150 heridos palestinos y 3 agentes; además de unos 400 detenidos, en una semana en la que han coincidido las celebraciones de Ramadán musulmán y el Pesaj o Pascua judía, las dos religiones para las que ese recinto es sagrado. Según el status quo, en vigor desde 1967, Jordania custodia la Explanada de las Mezquitas, donde el culto está reservado solo a los musulmanes; mientras que los judíos solo pueden entrar como visitantes y rezar en el cercano Muro de las Lamentaciones.

Sin embargo, cada vez más colonos judíos se cuelan para rezar en el área donde se cree que se ubicó el Segundo Templo, algo visto como una provocación por el mundo árabe y los palestinos, para los que Al Aqsa es parte de su identidad nacional, y especialmente durante el mes sagrado del Ramadán. Las visitas de judíos y las cargas policiales han provocado la condena del mundo árabe y de las milicias de Gaza, que han advertido de que es una línea roja y han lanzado cohetes desde la Franja a suelo israelí durante dos noches consecutivas, a lo que Israel ha respondido con bombardeos sobre objetivos militares de Hamás, un intercambio de fuego que de momento no ha causado víctimas.

El líder de Hamás, Ismael Haniye, desde su exilio en Qatar, indicó que “esto es solo el inicio de la batalla” y amenazó con acciones más contundentes si continúaban los disturbios en Al Aqsa. El actual repunte de tensión comenzó hace un mes con una serie de ataques en territorio israelí, que dejaron un saldo de 14 víctimas y fueron seguidos por extensas redadas del Ejército en Cisjordania ocupada, donde desde entonces ya ha muerto más de una veintena de palestinos; antes de que la violencia llegara a Jerusalén hace una semana. El Ejército israelí cerró la noche del jueves los cruces a Israel desde Cisjordania y Gaza como motivo del final del Pesaj, hasta el sábado, para evitar que se aprovechen las fiestas para realizar ataques, algo que es una práctica estándar cada año en estas fechas.