La Audiencia Provincial de Madrid le encuentra culpable de varios delitos de abuso sexual, captación, corrupción, exhibicionismo y difusión de material pornográfico, entre otros.
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a un pederasta a 686 años de prisión por embaucar a 98 menores de edad a través de las redes sociales o de la aplicación de WhatsApp para mantener relaciones sexuales de distinta naturaleza a cambio de dinero y regalos. En la sentencia, se condena a José Ángel S. R. como autor responsable de varios delitos continuados de abusos sexuales a menores de 16 años, 98 delitos de captación y utilización de menor de edad con fines pornográficos, 74 delitos de difusión de material pornográfico, 25 delitos de exhibicionismo, 13 de delitos de corrupción de menores de 16 años y un delito de tenencia de pornografía infantil.
Según consta en la sentencia, la Sala le absuelve de 59 delitos de ciberacoso, tres delitos de abusos sexuales y de dos delitos de corrupción de menores. En su escrito de acusación, el fiscal solicitó una pena de 1.324 años de cárcel.
La resolución considera probado que el condenado, nacido el día 5 de junio de 1991, sin antecedentes penales, cometió los hechos durante el periodo comprendido entre el 9 de noviembre de 2015 y el 3 de septiembre de 2018. A través de redes sociales tales como grupos de WhatsApp, Instagram u otros, el acusado contactaba con menores de 16 años con la intención de mantener comunicaciones e intercambios de naturaleza pornográfica con los mismos.
En algunas ocasiones el acusado se hacía pasar por una chica menor de edad. En varios de esos contactos, tras comprobar el condenado que el engaño había sido exitoso, y con el propósito de mantener un encuentro sexual con los menores, les proponía hacer un trío con la supuesta chica y con un amigo suyo que no era sino el propio José Ángel. También ofrecía dinero o regalos para que sus víctimas acabasen accediendo.
En alguna ocasión el acusado se presentaba en redes sociales como un joven menor de edad y lograba de esta manera engañar a otros. En otros casos, para lograr los mismos fines, José Angel S. se presentaba directamente como un hombre mayor de edad. También en este ámbito el acusado hacía propuestas a su interlocutor para concertar un encuentro sexual.