El primer ministro de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, ha presentado este lunes su renuncia después de varios meses de protestas por la que es ya considerada la peor crisis económica desde que la isla se independizó del colonialismo británico.
Su renuncia, pedida por su hermano y presidente del país, Gotabaya Rajapaksa, durante el fin de semana se produce poco después de que asegurara que estaba dispuesto a acometer “cualquier sacrificio” para contener las protestas, al mismo tiempo que pedía a la población mesura y confianza para el Gobierno.
Rajapaksa ha presentado su carta de dimisión al presidente y está previsto que en las próximas horas el resto de su gabinete haga lo propio, aunque ya se ha confirmado la renuncia de los ministros de Salud y Trabajo, Channa Jayasuman y Vidura Wickremanayake, respectivamente, cuenta el diario ceilandés ‘Daily Mirror’.
La renuncia se da en un momento en el que la isla está bajo el toque de queda y el estado de emergencia, impuesto este fin de semana para hacer frente a la masiva huelga general que fue convocada por hasta 2.000 sindicatos para protestar por una aguda crisis económica que ha provocado escasez de combustible, alimentos y medicinas, así como la subida de los precios de los productos básicos.
Antes que él, ha dado un paso al lado otro de los miembros de la familia Rajapaksa. En este caso se trata de Yoshitha Rajapaksa, su segundo hijo y jefe de su gabinete, que junto a su esposa ha salido del país.
Al menos 40 personas han tenido que ser ingresadas por lesiones de diversa consideración después de las protestas del fin de semana. La Policía ha empleado gases lacrimógenos y cañones de agua para disolver varias manifestaciones en las principales calles de Colombo y Kotte –la capital legislativa–, así como en las puertas del Parlamento.