Argentina producirá alimentos en la Antártida para abastecer a la base Marambio

Personal del INTA aseguró que se esperan que el operativo se encuentre en su etapa de plenitud para junio. Se utiliza una técnica de cultivo sin suelo.

La base Marambio, ubicada en la Antártida argentina, se autoabastecerá desde junio de vegetales frescos cultivados por técnicos del Comando Conjunto Antártico y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

Los especialistas realizan los trabajos desde mayo aunque el proceso estará en su plenitud en el mencionado mes, indicaron.

Hasta el momento se pusieron en marcha dos variedades de lechuga, rúcula y perejil en el Módulo Antártico de Producción Hidropónica (MAPHI) instalado en la Base Antártica Conjunta Marambio.

El proyecto es dirigido por el investigador del INTA y de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA), Jorge Birgi, con el vicecomodoro Federico Vassallo por parte del Comando Conjunto Antártico (Cocoantar) junto al suboficial auxiliar Cesar Ismael Araujo Prado, encargado de la división Prevención de Accidentes, Seguridad e Higiene y Ambiental del Cocoantar.

Para lograr el desarrollo de los vegetales se utiliza una técnica de producción en la que se cultiva sin suelo, en un medio líquido a través del cual se entregan los elementos nutritivos a las plantas.

Araujo Prado explicó que “el proyecto está organizado en tres pilares fundamentales, un módulo de producción MAPHI M5 H instalado en la base Marambio, un panel de control y monitoreo que mediante telemetría informa las condiciones de producción y el estado del sistema, y un programa de capacitación para los operarios del Cocoantar encargados de producir”.

“El módulo se encuentra instalado en un clima polar antártico, con un fotoperiodo extremo y temperaturas máximas medias que en julio pueden llegar a los -11°C y descender hasta los -20°C; para superar estas limitantes el módulo cuenta con la posibilidad de controlar la intensidad de luz y la cantidad (horas totales) entregada a las plantas”, añadió.

El militar señaló que “en su interior se controla la temperatura ajustada a niveles óptimos para facilitar el crecimiento, y se aportan la totalidad de los elementos nutrientes necesarios para el normal desarrollo de los cultivos”.

“Para el seguimiento de las condiciones de producción, se instalaron cámaras de alta definición que fotografían diariamente los cultivos, sensores de temperatura y humedad relativa, sensores de pH y conductividad eléctrica, sensores ultrasónicos de nivel para relevar la cantidad de agua, soluciones disponibles y su temperatura”, detalló.

Toda la electrónica del módulo fue diseñada y fabricada específicamente para el proyecto por el Grupo de Investigación en Computación de Alto Rendimiento la UNPA, contemplando la disponibilidad local de componentes y las capacidades disponibles en el lugar.