Las misioneras Hermanas de la Caridad de la orden Madre Teresa de Calcuta que servían en Nicaragua cruzaron este miércoles el puesto fronterizo de Peñas Blancas y ya se encuentran en Costa Rica, luego de que el régimen de Daniel Ortega las expulsara del país y cerrara los centros en los que atendían a la población necesitada.
“Bienvenidas Hermanas de la Caridad de Madre Teresa de Calcuta. Es un honor para nuestra Diócesis de Tilarán – Liberia que sus plantas pisen estas tierras”, expresó en su página de Facebook monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora, obispo de la Diócesis de Tilarán-Liberia, Costa Rica.
Las misioneras, en un grupo calculado de 15, viajaron hasta Peñas Blancas en un microbús escoltado por patrullas de la Policía y agentes de Migración y Extranjería, según constató el diario nicaragüense La Prensa, quien acompañó durante un trecho a las religiosas, antes de ser bloqueado su avance por los policías.
La Asociación Misioneras de la Caridad fue fundada en Nicaragua el 16 de agosto de 1988, dos años después de la visista de la Madre Teresa de Calcuta al país, paradójicamente, bajo el primer mandato presidencial de Daniel Ortega (1985 -1990). Ortega, en ese entonces, brindó su apoyo para que la orden se estableciera y se reunió con Madre Teresa de Calcuta, premio Nobel de la Paz y Santa de la Iglesia Católica.
La Asamblea Nacional de Nicaragua, controlada por Ortega, canceló a fines de junio la personería jurídica de la Asociación Misioneras de la Caridad por considerar que habrían incumplido ciertas obligaciones legales, violando la normativa contra el blanqueo de dinero, la financiación del terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva.
Las misioneras administraban el Hogar Inmaculado Corazón de María en la ciudad de Granada en el que albergaban a adolescentes abandonados o víctimas de abusos, a quienes les brindaban ayuda psicológica y educación integral. Junto a las clases regulares, enseñaban música, teatro, costura, belleza y otros oficios para que se pudieran reinsertar en la vida.
Asimismo, contaban con un asilo de ancianos en Managua, a quienes les proveían alimentación, vestimenta y otros cuidados. También desarrollaban un proyecto en el que brindaban reforzamiento escolar a estudiantes en situación de riesgo, en su mayoría hijos de mujeres trabajadoras de los mercados populares.
Además tenían una guardería en la que cuidaban a decenas de niños de familias de escasos recursos, cuyos padres -principalmente madres solteras y vendedoras en los mercados, ambulantes, o por cuenta propia-, no tienen para pagar por el cuidado de sus hijos.
“Ante la decisión de la Asamblea Nacional de cancelar la personería jurídica a la fundación de las Hermanas Misioneras de la Caridad de Santa Teresa de Calcuta, quienes brindaban asistencia a los más pobres de nuestra sociedad nicaragüense, lamentamos profundamente el dolor de tantos hermanos nuestros que ya no tendrán las atenciones que recibían de las hermanas y asimismo les expresamos nuestra gratitud por su invaluable servicio a nuestras iglesias locales, estimadas hermanas cuenten con nuestra cercanía, solidaridad y nuestras humildes oraciones”, expresó el Arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, en una nota de prensa.
NICARAGUA CERRÓ 758 ONG
Además de las Misioneras de la Caridad, fueron disueltas la Asociación de Reporteros Gráficos de Nicaragua, Asociación de Obreros Bananeros de Occidente Afectados del Nemagón, Fundación Maternal “Mi infancia”, Asociación para el Desarrollo de los Niños y Niñas Nicaragüenses, Asociación para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, Asociación Niños y Mujeres Abandonadas, entre otras.
Con esas nuevas clausuras de asociaciones sin fines de lucro se elevan a 758 las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) -de más de 6.000- cuya ilegalización ha pedido el régimen nicaragüense.
Estas medidas son promovidas por la dictadura desde diciembre de 2018, ocho meses después de que estallara una revuelta popular -originada por unas controvertidas reformas a la seguridad social- calificada como intento de golpe de Estado por Ortega.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que ha dejado centenares de muertos en protestas populares tildadas de intento de golpe de Estado por Ortega, que lleva 15 años y 5 meses consecutivos en el poder, en medio de denuncias de autoritarismo y fraude electoral.