La ingeniera agrónoma Eugenia Sebastiano Rambeaud dio su testimonio en la 99.9 sobre el campo que tienen usurpado en el sur por parte de una comunidad que se autoproclamó como mapuchista: “hay una cuestión política detrás”.
El mapuchismo sigue presente en la Patagonia tomando tierras privadas bajo el pretexto de la presencia histórica de estas comunidades en distintos lugares que los llevan a creer que son lugares que les pertenecen.
La ingeniera agrónoma Eugenia Sebastiano Rambeaud está luchando por recuperar el campo de su familia que de un tiempo a esta parte, está ocupado por una pseudo comunidad de origen mapuche. En la 99.9 contó lo que están atravesando: “tenemos un campo usurpado por comunidades mapuches. Tenemos el título de propiedad y venimos ocupándola hace muchísimo tiempo. Mi abuelo Mario Rambeaud adquiere esa propiedad en 1978 y siempre estuvo en producción. Año tras año, como han avanzado las comunidades mapuches con reclamos en la provincia y mucho asistencialismo, se da que avanzan sobre la sociedad privada. Hoy tenemos el campo usurpado”.
A principios de año se dio el primer cruce con la gente que está ubicada en el lugar que le corresponde a su familia y desde entonces, no los han dejado trabajar incluso con su propio ganado: “el 25 de enero de este año ingresaba al campo como lo hago siempre y no me dejan pasar formando una barrera. Les pido pasar y me dicen que no y desde ese momento no pude ingresar más al campo y no pude hacer el manejo agropecuario en el lugar por lo que sufrimos consecuencias en cuanto a la producción”.
El problema principal que enfrentan no está sólo en la ocupación, sino en el respaldo político que tienen estas agrupaciones y que hace muy difícil sacarlos del lugar, una vez que usurpan: “hay toda una cuestión política, esta gente que dice ser mapuche, han metido a gente de origen chileno en el 2014 indocumentado y que decía estar ahí porque le habían dicho que vaya para demostrar ocupación. Esto está pensado, creo que no están bien estos reclamos y se están dando en muchos sectores. Mi abuelo cuando compra el campo tenía un aserradero y había un camino hecho hacia la Ruta 46, esta tierra se viene trabajando de manera privada hace mucho tiempo y que vengan a decir que eso es de ellos y estaban antes, no es real”.
En pleno invierno, la actividad del campo cambia pero la ocupación sigue firme porque no les permiten salir del lugar: “le pagan para que estén en una ruca, como se llama, para que la gente no pase. Ahora estamos en invierno y la gente se retira con los animales, eso se degrada, se ensucia; pero esta persona queda ahí porque le pagan para que no pase la gente”, finalizó Sebastiano Rambeaud.