La Diputada Nacional encabeza un pedido de informes sobre la deuda que contrajo con China Silvina Batakis antes de dejar el puesto como Ministra de Economía y además destacó la naturalidad con la que los argentinos toman estas situaciones.
La última Ministra de Economía, Silvina Batakis, dejó una deuda de 5 mil millones de dólares con China en sus últimas horas en el cargo y un grupo de legisladores está reclamando explicaciones respecto de esta resolución.
Quien encabeza este pedido es la diputada nacional Karina Bachey que contó los detalles a través de la 99.9: “fue fugaz y contundente el paso de Batakis. Hemos hecho ese pedido con varios diputados del bloque. El ejecutivo nos tiene acostumbrados a hacer oídos sordos porque es una metodología del gobierno generarse una autonomía propia con la intervención del Poder Legislativo”.
Lo cierto es que las cosas siguen adelante de la mano de Sergio Massa y parece que nadie repara en este endeudamiento: “pasa todo de manera tan repentina que este gobierno cada paso que da, nos lleva hacia la involución. En cada día que pasa hay más pobres que se generan. El otro día estábamos en el recinto con el tratamiento de la renuncia de Massa y veíamos como se festejaba la situación y no entendíamos que estábamos festejando”.
Lo que es grave para la diputada es que todo empieza a ser natural y los argentinos no alzan la voz en lo cotidiano al respecto: “hemos normalizado todo esto. Tenemos una vicepresidenta con 50 y pico de causas y está ahí sentada en el sillón. Si tenemos un ladrón en nuestra casa, no podemos convivir con él. Batakis viene, nos endeuda en una semana y nos quedamos callados, hemos perdido la capacidad de la motivación, del entusiasmo, de la democracia”.
En las últimas horas, Bachey estuvo reunida con el embajador de Taiwán en Argentina y contó que la postura del gobierno resulta un problema: “nos decía que nuestros gobernantes están tan alineados con China que su tarea tiene que ser muy minuciosa porque sino le bajan el pulgar a la Embajada. A ese límite hemos llegado”. También destacó que hay una cultura distinta entre los taiwaneses respecto del riesgo inminente que afrontan: “sus ciudadanos no salen espantados, siguen yendo a sus trabajos, están con la amenaza pero tratan de seguir con su vida normal. Tienen un temple como cultura que se transformó en 30 años en un país progresista”.