La mujer defendió a su esposo, a quien estaban atacando, y ultimó a un agresor de un balazo. Continúa en libertad. La fiscalía analiza encuadrar todo en legítima defensa. Bronca por los robos en Bialet Massé. ¿Cómo fue todo?
Con las ansias de estar cerca de la naturaleza y en medio del paisaje ideal que componen las sierras, el río y el lago San Roque, Carlos Mora (67) y María Eva Gastiareana (74) decidieron mudarse a la casa que tienen en Bialet Massé, a metros del puente Las Mojarras, sobre el arroyo del mismo nombre.
La tranquilidad y la idea de alejarse un poco de la ciudad fue la principal razón por la que la pareja dejó su casa en Córdoba Capital para instalarse en el valle de Punilla.
En la noche del miércoles, toda esa ilusión se cayó como un castillo de naipes.
Pasadas las 23, se cortó la luz de la casa.
Mora se asomó por la ventana y vio que los vecinos tenían electricidad por lo que fue a la parte baja de la casa y observó que habían bajado el interruptor.
Allí se produjo el primer enfrentamiento con dos delincuentes que se habían metido a la casa.
Mora recibió fuertes golpes en el rostro con algún elemento contundente y cayó desmayado en el garaje de la casa.
Al escuchar los gritos y los ruidos, la dueña de casa tomó su revólver 38 y bajó para ver qué sucedía.
Según fuentes policiales, la mujer observó que al menos uno de los delincuentes llevaba un elemento compatible con un arma de fuego y, al ver que su marido estaba tendido en el piso, decidió disparar.
Uno de los delincuentes recibió una bala en la cabeza y el otro alcanzó a huir de lugar.
Según algunas versiones, también habría resultado herido en el hecho pero en la casa no se encontraron señales ni pruebas de esto.
El delincuente muerto fue identificado horas después como Marcos Farías, de 30 años, con domicilio en Bialet Massé.
Tenía antecedentes por robo calificado y encubrimiento. Había recibido una condena en 2019 y que purgó en prisión.
IMPUTADA Y EN LIBERTAD
La fiscal de Cosquín, Paula Kelm, imputó inicialmente a la dueña de casa por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y abrió una investigación para verificar si se ha tratado de un caso de legítima defensa.
Para que se dé la legítima defensa, la ley exige tres puntos: debe haber una agresión ilegítima, el medio empleado para frenarla debe ser racional y no tiene que existir una provocación previa de quien se defiende.
Si se cumple todo, hay legítima defensa.
La norma argentina añade un punto extra: la legítima defensa privilegiada.
Se da cuando la agresión es de noche y si ocurre dentro de casa.
María Eva Gastariana y su marido declararon este jueves por la mañana en la sede policial de Bialet Massé y la mujer quedó en libertad.
“La legítima defensa no se puede presuponer. Se debe probar”, explicaron desde la fiscalía a La Voz.
“En este caso, se darían todas las características, pero es necesario escuchar a esta persona, a esta mujer, pero eso será cuando sea indagada por la fiscal. No hay otra forma. Debo escucharla y hay que analizar la prueba”, se señaló en sede judicial.
INSEGURIDAD EN ALZA
Dos vecinos del matrimonio pasaron por la casa con gesto de preocupación.
“Hace poco entraron a robar en una casa cercana”, contó el hombre.
Su esposa agregó que hace unos días, Carlos y María Eva tuvieron que abandonar una clase de danza (a la que asisten en Cosquín) porque les avisaron que “estaba sonando la alarma de su casa en Bialet Massé”.
“La sensación de inseguridad es creciente en este barrio que hasta hace poco era muy tranquilo”, contó la mujer, quien apuntó que los vecinos están muy preocupados por lo ocurrido.
Según pudo conocer este diario, María Eva Gastiareana tenía registrada la pistola calibre 38 a su nombre y tenía permiso para portarla. Además, trascendió que era concurría al Polígono de Tiro de Córdoba a practicar.
Fuentes policiales aseguraron que disparo que recibió el delincuente le provocó la muerte en el acto.