No solo se dan a nivel físico y biológico sino también a nivel social y cultural. La importancia de un mejor cuidado.
Partamos de una base, por ejemplo, de 100 bebés varones y 100 niñas nacidas en 1950. Los expertos predicen que 46 de esos hombres y 61 de esas mujeres, un tercio más, seguirán vivos a los 80 años.
Incluso Steven Austad, un estudioso del envejecimiento de la Universidad de Alabama en Birmingham, no pensó mucho en estadísticas como esta hasta hace unos 10 años. “Todos sabían que las mujeres sobrevivieron a los hombres”, reconoce. Supuso que era solo porque los hombres tenían más enfermedades cardíacas.
Cuál es la respuesta de hombres y mujeres ante el envejecimiento
Austad, que es director científico senior de la Federación Americana para la Investigación del Envejecimiento, profundizó más. Aprendió que las niñas comenzaron a sobrevivir a los niños incluso antes de nacer y que su ventaja de supervivencia duró toda la vida. Esta generalidad se daba en prácticamente todos los países, ricos o pobres. Las mujeres tenían más probabilidades de vivir desastres naturales, hambrunas, pandemias (incluida la del COVID-19) y muchas de las enfermedades que con mayor frecuencia matan a los seres humanos. “Bajo casi cualquier condición que podamos imaginar, a las mujeres les va mejor”, admite.
Una ventaja rara para los hombres fue que aquellos que llegaron a sus últimos años tenían menos discapacidades que sus pares femeninos. También hubo estudios sorprendentes que encontraron que algunos medicamentos que extendieron la vida de los ratones macho no hicieron nada por las hembras. “Ese es un resultado realmente impresionante”, dijo Richard Miller, un biogerontólogo que dirige el Centro Paul F. Glenn para la Investigación del Envejecimiento en la Universidad de Michigan y estuvo estudiando medicamentos que prolongan la vida en ratones. Uno de ellos, dijo, funcionó en ambos sexos.
Diferencias en el envejecimiento entre hombres y mujeres
Austad y un creciente grupo de investigadores comenzaron a pensar que estas diferencias en el envejecimiento entre hombres y mujeres eran fundamentales para la biología humana y potencialmente mucho más complejas, y divergentes, de lo que muchos habían supuesto.
Ahora se encuentran en las primeras etapas del estudio de cómo nuestros cromosomas y genes, hormonas y sistemas inmunológicos influyen en cuánto tiempo y qué tan bien vivimos, con el ojo puesto en expandir nuestra esperanza de vida saludable.
“Si pudiéramos encontrar una manera de hacer que los hombres vivan tanto como las mujeres y hacer que las mujeres sean tan saludables como los hombres, tendríamos un enorme impacto en nuestras vidas”, plantea Austad.
Candace Kerr, bióloga de células madre en la división de biología del envejecimiento en el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, de EE.UU., estuvo de acuerdo en que comprender estas diferencias de sexo podría mejorar la salud de hombres y mujeres a medida que envejecen. “Allana el camino para encontrar objetivos específicos del sexo para la enfermedad”, admite.