“El modo en que nos están tratando es injusto”, le dijo al presidente del tribunal el principal acusado, Salah Abdeslam, antes de abandonar la vista preliminar del juicio, que durará al menos ocho meses.
El juicio a los diez acusados de los atentados yihadistas del 22 de marzo de 2016 contra el aeropuerto y el metro de Bruselas, que causaron 32 muertos, comienza este lunes con una audiencia preliminar. El proceso propiamente dicho, no obstante, se iniciará casi un mes más tarde, el próximo 10 de octubre, con la selección del jurado, y el 13 de octubre tendrán lugar los primeros debates. Hoy únicamente se celebra una audiencia preliminar en la que se ha de configurar la lista de testigos que comparecerán en el proceso y otras cuestiones de procedimiento.
Uno de ellos es el controvertido asunto del banquillo de acusados, instalado en cajas de cristal cerradas e individuales donde estarán los procesados durante el juicio. Estas han sido muy criticadas por sus abogados, al disponer solo de un dispositivo de aireación y de un pequeño espacio para pasar los documentos. “Estigmatizan e impiden el contacto con los clientes”, argumentan las defensas, que han solicitado que sean “desmontadas” por constituir un tratamiento inhumano y degradante que viola, consideran, la presunción de inocencia.
“El modo en que nos están tratando es injusto”, le dijo al tribunal Salah Abdeslam, abandonando el banquillo de los acusados unos minutos después del inicio de la vista. La presidenta del tribunal deberá resolver sobre la apertura o no de esos compartimentos que, según la policía, son la única manera de garantizar una seguridad óptima, informó la agencia Belga.
Aunque hay diez acusados en el juicio, solo nueve comparecerán en el proceso. Osama Atar, sospechoso de ser el responsable de la célula terrorista que cometió los atentados y en paradero desconocido, se cree que podría haber fallecido en Siria. Entre los acusados figuran el propio Abdeslam, único superviviente de los atentados del Bataclán en París del 13 de noviembre de 2015 (por los que también está siendo juzgado en Francia), y Mohamed Abrini y Osama Krayem, que formaban parte de los dos comandos de los atentados, pero que renunciaron en el último minuto a inmolarse. El juicio, fruto de una larga preparación, se prolongará al menos ocho meses.