El presidente hizo pública su decisión un año después de que la Sala de lo Constitucional, nombrada por él, permitiera esa opción con un fallo el año pasado, pese a la prohibición contemplada en la Cara Magna.
Nayib Bukele anunció este jueves que buscará la reelección en los comicios de 2024 en El Salvador, con lo que se convertirá en el primer mandatario en buscar ser reelegido en la etapa democrática del país centroamericano. Esta decisión es posible después de que los magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, instalada por él, permitieran el año pasado esa opción hasta entonces prohibida.
“Luego de conversarlo con mi esposa Gabriela y con mi familia, anuncio al pueblo salvadoreño que he decidido correr como candidato a la presidencia de la República”, señaló el mandatario ante la ovación de sus seguidores en un mensaje desde la Casa Presidencial con motivo del Día de la Independencia.
“Después de 201 años, al fin vivimos una verdadera independencia. Pero esto no ha sido únicamente gracias al trabajo de nuestro gobierno, sino porque trazamos nuestro propio destino y no obedecimos los dictados internacionales”, afirmó Bukele en un discurso retransmitido en cadena nacional de radio y televisión. Según dijo al justificar su decisión, “por primera vez” en los 201 años de la independencia de la nación centroamericana, su gobierno ha demostrado que va por el camino “correcto”.
Sin embargo, el anuncio renueva los temores de autoritarismo sobre un presidente que, sostienen sus críticos, quiere mantenerse en el poder de manera ilegítima.
El mandatario, que fue elegido hace tres años, mantiene altos índices de popularidad, pero también ha sido señalado por giros autoritarios, cientos de denuncias por violaciones a derechos humanos y por perseguir a cualquiera que le haga oposición.
En un fallo de septiembre de 2021, los jueces de la Sala de lo Constitucional señalaron que la prohibición de la reelección inmediata contemplada en la Carta Magna era para un gobernante que haya estado en el poder por 10 años. Hasta entonces, según el artículo 152 de la Constitución, los presidentes que llevaban cinco años en el poder (como será el caso de Bukele en 2024) no podían renovarlo para un periodo inmediato.
Tras conocerse esa decisión tomada por el órgano afín al mandatario, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) anunció que acataría la orden de la Sala de lo Constitucional con la única condición de que el presidente renunciara seis meses antes del mandato. La resolución, sin embargo, reavivó los temores de sus críticos.
“La ruta hacia el autoritarismo”
“Este anuncio que ya se sabía que se iba a dar, solo viene a confirmar la ruta hacia el autoritarismo al estilo nicaragüense que se está viviendo ya en El Salvador”, dijo a El País el director de la organización salvadoreña Acción Ciudadana, Eduardo Escobar. Y enumera: “Primero se capturan las instituciones, se genera un discurso confrontativo contra todos los sectores que no son afines al gobierno, se aprueba la reelección del presidente cuando está prohibida y luego ese anuncio de que se va a postular para la reelección. Estamos sin duda en la misma lógica del control político y autoritario de Nicaragua”.
Para Escobar, sin embargo, la oposición al mandatario debe ser pragmática y seguir dando la pelea para las elecciones presidenciales de 2024 y no repetir el “error” de la oposición venezolana que, al decidir no competir en los comicios parlamentarios de 2020 por considerarlos ilegítimos, “dieron el margen para que el oficialismo ganara y controlara todavía más los poderes”.
“La reelección en El Salvador es inconstitucional, es ilegítima, no está permitida”, apunta el director de Acción Ciudadana. “Pero, pese a eso, la oposición tiene que buscar la forma de ganar una cuota mayor de poder para tratar de equilibrar un poco la situación política”, algo que, a su juicio, deben buscar a través de la Asamblea Legislativa y los consejos municipales.
En 2019, la victoria de Bukele, hoy de 41 años, terminó con tres décadas de bipartidismo de la etapa democrática en El Salvador en las que el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y Alianza Republicana Nacionalista (Arena) se habían repartido el poder.
Impulsado por los altos índices de popularidad que mantiene en las encuestas, Bukele aprovechó la abrumadora mayoría en el Parlamento conseguida en los comicios de febrero del año pasado para reformar los órganos judiciales y las instituciones a su gusto y garantizar un ejercicio del poder sin contrapesos.