Entre los soldados muertos y los que están huyendo, el Ejército de Rusia está bajo mínimos y recurre, de nuevo, a la milicia del ‘chef’ Evgueni Progozhin.
Putin vuelve a quedarse sin soldados. La guerra de Ucrania se alarga y entre los militares rusos que han muerto y los que han abandonado las filas del Ejército su escasez es tan evidente que Rusia está reclutándolos en las cárceles de Mordovia, una de las repúblicas del país, prometiéndoles libertad si combaten seis meses en Ucrania.
El encargado de este reclutamiento es el empresario Evgueni Progozhin, fundador de la empresa privada de mercenarios Wagner, una suerte de milicia rusa que lleva desde el inicio de la guerra colaborando estrechamente con Putin y es conocido por haber participado en los conflictos de Sudán o Siria.
De hecho, Progozhin es muy próximo al Kremlin y tiene contacto directo con el presidente ruso, tanto que le llaman “el chef”, por ser el encargado de organizar los banquetes oficiales del Gobierno desde hace años.
Presos de 22 a 50 años
Según varios informes, Evgueni Progozhin lleva ya varias semanas reclutando soldados mayores de 22 años en cárceles de Rusia. A cambio les promete que serán indultados si combaten durante seis meses en la guerra de Ucrania. Tendrán libertad total si participan, eso sí, si sobreviven, ya que las cifras de soldados rusos muertos se cuentan por miles.
En un vídeo difundido por el equipo del encarcelado líder opositor ruso, Alexéi Navalni, Progozhin explica a los presos las condiciones de este indulto y les advierte de que “la guerra es dura” y que no todos volverán con vida. Además, pone un límite de edad de 50 años para las personas que quieran aprovechar esta oferta.
Durante el tiempo que estos presos luchen bajo la bandera de Rusia en la invasión de Ucrania no pueden desertar, beber alcohol, consumir estupefacientes, saquear ni tener “contactos sexuales con mujeres” ucranianas.
Presos, minorías…
El Ejército ruso lleva ya varios meses reclutando soldados. Ante las dificultades del Ejército para incorporar nuevos soldados a sus filas, el Parlamento del país aprobó en mayo una ley para retirar el límite de edad para poder servir. Hasta ese momento, los mayores de 40 años no podían alistarse.
Además, los centros de reclutamiento han tentado a los reservistas y posibles voluntarios con importantes incentivos económicos.
Según las cifras ofrecidas por The New York Times, los salarios oscilan entre los 2.000 y los 6.000 dólares al mes. Estos importes multiplican varias veces el sueldo medio en Rusia, que ronda los 700 dólares, para atraer a la población más empobrecida.
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Las ofertas para incorporarse al Ejército ruso se extienden desde las oficinas de reclutamiento hasta Internet. En diversas webs de búsqueda de empleo se pueden encontrar propuestas para ingenieros de combate, paracaidistas o cualquier persona que pueda utilizar un lanzagranadas, según el medio independiente Important Stories.
Dichas ofertas evitan hacer cualquier referencia a la guerra de Ucrania y la mayoría de ellas se limitan a un plazo de tres meses, apunta The New York Times. Con ello, el Kremlin pretende minimizar el riesgo de que los soldados no vuelvan a casa.
Los reservistas y voluntarios no son los únicos que Rusia ha reclutado. También las minorías étnicas, como Daguestán -en el Cáucaso- y Buriatia -al sur de Siberia-.
Los presos han sido desde el inicio una moneda de cambio. Las fuerzas del jefe de la República de Chechenia, Ramzan Kadyrov, y los mercenarios del Grupo Wagner han reclutado cientos de presos para combatir en Donetsk y Lugansk.
Este último grupo habría logrado convencer a decenas de presos en San Petersburgo a cambio de unos 4.000 dólares y la amnistía si lograban regresar con vida del frente.