El neurólogo indicó que a pesar de los países donde ha habido un aumento de casos en las últimas semanas, para prevenir problemas a futuro no se debe cesar con la vacunación: “La idea es que a los cinco o seis meses de la última vacunación, uno debería recibir otra vacuna contra COVID hasta que esto no se defina“.
Algunos países de Asia y Europa están experimentando un incremento de casos de COVID-19 que vuelven a poner en alerta los sistemas sanitarios que hoy tienen otro tipo de respuesta ante la vacunación que ha sido masiva en grandes partes del planeta.
Sin embargo, es necesario repasar los métodos efectivos que han llevado al control de la pandemia y lo hizo el Dr. Conrado Estol en diálogo con la 99.9: “hemos vuelto a una vida normal que está cargada por la memoria de la pandemia que pasamos y el efecto que ha tenido en cada persona, sobre todo mentalmente. En Argentina vivimos una situación particular porque no diría que la pandemia desapareció, pero el nudo es la vacunación. Hay cada vez más datos que indican que los que tienen refuerzos no tienen problemas en caso de infectarse. La idea es que a los cinco o seis meses de la última vacunación, uno debería recibir otra vacuna contra COVID hasta que esto no se defina”.
El avance más significativo sería tener una vacuna nasal y el neurólogo explicó por qué: “se acaba de publicar un trabajo de una vacuna nasal de AstraZeneca que no pudo generar anticuerpos en la nariz. Esto es fundamental porque si uno genera anticuerpos en la nariz y en la vía respiratoria alta, uno no se infecta y no contagia. Con las vacunas actuales uno se defiende contra la enfermedad pero no contra infectarse y así se perpetua la diseminación. El que esté bien vacunado tendría que evitarse disgustos”.
No hay otro método que haya mostrado más efectividad a nivel mundial que la vacunación, algunas con más niveles que otras, pero todas fueron certeras en su fin: “la vacuna sin dudas ha salvado decenas de millones de vidas, no hay ninguna duda de la efectividad de todas. Las de ARN, las de Moderna y Pfizer tuvieron más efectividad y está medido, pero todas han sido efectivas en evitar enfermedades graves y muertes”, agregó Estol.
Otro de los peligros latentes, no solamente pasa por el virus, sino también por la desinformación: “hay que tener cuidado con la desinformación en las redes sociales. Si pones la palabra que sea, habrá más cosas falsas que negativas. Vos pones efectos beneficiosos de los medicamentos que tratan el colesterol y te aparecen mas o menos 900 mil notas pero si pones efectos negativos de esos medicamentos, hay unos 3 millones de notas. Esa ensalada de información es demasiado para la gente”.