En las últimas horas en Bernardo de Irigoyen fue asesinada a balazos la docente Carla Betiana De Olivera (37). Su marido, que iba en el auto como acompañante, sobrevivió. Los asesinos por encargo escaparon de la escena.
Una docente fue asesinada esta tarde en la localidad de Bernardo de Irigoyen mientras circulaba con su auto por el barrio Obrero. El crimen fue cometido por dos sicarios que se movilizaban en moto y la interceptaron para efectuar al menos siete disparos.
Según las primeras informaciones la víctima fue identificada como Carla Betiana De Olivera, de 37 años.
Se sabe al momento que la mujer iba al mando de su vehículo Renault Sandero, y que estaba acompañada por su marido, de 42 años, quien habría recibido dos disparos de arma de fuego de grueso calibre pero sobrevivió. Sería hermano del director de Obras Públicas de la Municipalidad.
En la escena trabajan efectivos de la Policía de Misiones y existe un amplio operativo en la zona fronteriza tendiente a dar con los asesinos, que todo indica escaparon hacia Brasil.
El negocio del sicariato está arraigado en Bernardo de Irigoyen
Contrabando y crimen, dos palabras que en la localidad de Bernardo de Irigoyen tienen un significado pragmático: se ejecutan. Esa peligrosa región de frontera seca con Brasil sumó esta tarde el quinto asesinato en apenas diez meses y si nos movemos un poquito más en el tiempo, es el sexto de características parecidas en menos de dos años: cinco ejecutados por sicarios. También es el segundo en apenas tres meses.
Como inicio de la seguidilla recordemos el homicidio a balazos del abogado entrerriano Juan María López (50), cometido en mayo del año pasado, en manos de dos sicarios en moto que lo cruzaron horas después de haber llegado a la localidad.
Otro letrado que iba con él a modo de acompañante resultó ileso en la balacera, por lo que pudo escapar y al principio fue también investigado.
La principal hipótesis apuntó hacia un ajuste de cuentas pero poco se avanzó al respecto y la investigación mantiene un tránsito lento, tanto que ni siquiera hay detenidos.
Ejecutado frente al hijo
Bajo idéntica modalidad, en noviembre de ese mismo año ejecutaron a tiros al comerciante Rafael Antúnez de Olivera (45) mientras esperaba la luz verde del semáforo acompañado por su hijo de 13 años, testigo directo de los balazos que fulminaron a su padre.
Se movilizaban en una camioneta Chevrolet Montana sobre la avenida Andrés Guacurarí, a pocas cuadras de la comisaría de la comuna cuando recibió al menos dos disparos de arma de fuego. El asesino circulaba en una moto que se detuvo al lado aprovechando que el semáforo estaba en rojo. Tampoco existen sospechosos detenidos.
Crimen de De Lara
Tres meses después, en febrero de este año, Ariel Camargo de Lara (19) fue asesinado de un disparo en la cabeza, después enterrado en una zona rural del paraje San Roque. Era sobrino de Walter de Lara, narco condenado por tráfico de drogas que había recuperado la libertad poco tiempo antes.
Se supo que Ariel habría recibido una llamada alrededor de las 2.50 del viernes 4 de febrero, saliendo de su residencia para contestar el teléfono y desde entonces nadie más lo vio. Estuvo desaparecido cinco días y al principio se planteó la hipótesis de un secuestro, pero no pudo ser consolidada ante la falta de evidencia.
El hallazgo del cuerpo se produjo a instancias de la declaración testimonial de una menor de edad a quien uno de los presuntos involucrados le habría confesado su participación en el crimen y hasta ofreció el nombre de la persona que lo acompañó (ahora buscado), e incluso refirió a la secuencia desde que Camargo de Lara salió de su casa bajo supuestos engaños aquella madrugada. Un joven está detenido por el hecho y otro continúa prófugo, se cree que es un brasileño el autor de la ejecución.
Diego asesinado, Maxi desaparecido
En abril Diego Pimentel (31) fue acribillado por Adilson Zang (33), quien está bajo sospecha de haber tenido que ver con la desaparición Maximiliano Pimentel (24) -primo de Diego- de quien nada se sabe desde principios de aquel mes.
En el sangriento entramado que actualmente tiene a dos familias sumidas entre el luto y la incertidumbre, debiendo sepultar a uno esperando encontrar con vida al otro, nuevamente aparecen como pieza clave los negocios reñidos con la legalidad ligados al contrabando, un factor común en todos los demás.
Diego fue asesinado cuando se acercó a la casa del agresor para pedir explicaciones sobre la desaparición de Maximiliano, ya que éste trabajaba con Zang en el tráfico de vinos en la frontera. La violenta secuencia fue registrada por una cámara de seguridad y si bien el asesino se entregó a las autoridades, del desaparecido no existe un solo indicio.
Chany Fernández
En la mañana del 23 de septiembre Sebastián “Chany” Fernández Da Rosa fue ultimado a tiros en un depósito de mercadería ubicado en el límite con Brasil.
El asesino, a bordo de una motocicleta, impactó varios disparos contra Da Rosa y luego se dio a la fuga. Los familiares de la víctima fueron quienes lo llevaron al hospital local, donde se confirmó su deceso.
El hombre, dueño de varias propiedades en la zona de frontera, estaba involucrado de modo directo en la organización de competencias de jeeps y buggies siendo parte del Jeep Club Los Indomables y además participaba con su grupo cercano en actividades campestres. “Fue clave en la creación del cuerpo de bomberos voluntarios”, añadió un conocido. En ese contexto su familia sigue reclamando justicia pero la investigación está estancada.
Finalmente esta tarde la víctima fue la docente Carla Betiana De Olivera, aunque versiones extraoficiales indican que el ataque estaba dirigido a su esposo, que iba con ella en el auto y sobrevivió. Si bien la investigación es incipiente, no se descarta que tenga que ver con el contrabando de vinos y combustibles.
Síntomas de la presencia del crimen organizado en Misiones
Sobre los ataques de sicarios en Misiones, vale recordar que a principios de agosto de este año el comerciante y ex candidato a intendente de la localidad de Campo Ramón, Leonardo Faviero, tuvo la suerte de esquivar las balas de un asesino a sueldo y el 7 de mayo el kiosquero Cristian Díaz (31) fue acribillado por asesinos a sueldo en el barrio Yohasá de Posadas, crimen que sacudió a la capital por la forma en que fue ejecutado y permitió en paralelo asociarlo al narcotráfico. Se cree en base a evidencia sólida que fue un ajuste de cuentas, habiendo dos brasileños detenidos, uno vinculado a la organización Bala Na Cara.
Las estadísticas dejan en evidencia que las ejecuciones en manos de sicarios dejaron de ser aisladas en esta provincia, la modalidad se impone de la mano del crimen organizado que no sabe resolver diferencias de otra forma más que con balas.
Juan Alberto Martens Molas es un prestigioso doctor en Criminología e investigador de nacionalidad paraguaya que después de muchos años de tarea de campo conoce al detalle cómo se mueven, qué persiguen y hacia dónde avanzan las organizaciones criminales que operan en Paraguay, Brasil y Argentina.
El Territorio charló hace muy poco con él para profundizar sobre el sistema operativo, la presencia dominante de algunas bandas brasileñas en los países que son frontera con Misiones y la irrupción cada vez más frecuente de los sicarios.
“Los territorios fronterizos hoy están atravesando por momentos de fluctuaciones en el movimiento de mercaderías ilícitas que se transportan de uno y otro lado de la frontera y en la medida que eso se acrecienta y surjan problemas van a haber casos más frecuentes de sicariato, como en toda América Latina en zonas donde está instalado el crimen organizado”, analizó y en el mismo sentido alertó: “Donde hay crimen organizado el sicariato tarde o temprano llega, porque tarde o temprano aparecen los problemas y la forma en que estas bandas los resuelven es ejecutando a través de asesinos pagos que muchas veces son contratados o directamente forman parte del brazo armado”.