En el marco del tercer aniversario del crimen del joven en Villa Gesell y tras la última jornada de audiencias en el juicio contra los rugbiers, se llevó a cabo un acto de homenaje en Dolores. “Era nuestro sol, hoy estamos vacíos”, dijo la madre
Tras la última jornada de audiencias en el juicio contra los rugbiers y en el día en que se cumplió el tercer aniversario de la muerte de Fernando, una multitud acompañó a Graciela y Silvino Báez Sosa en el homenaje que se llevó a cabo en el Anfiteatro Municipal “Libres del Sur” de Dolores.
“Sin él la vida se terminó para nosotros”, exclamó la madre del joven fallecido, en un desgarrador pedido de Justicia. “Era nuestro sol, hoy estamos vacíos”, añadió. “Cada día nos cuesta más la ausencia de Fernando”, sostuvo por su parte el papá. También hubo actos en Villa Gesell, Mar del Plata, Zárate y en el barrio porteño de Recoleta.
La emoción y la conmoción por todo lo visto a lo largo del juicio sobrevolaron en el aire desde el principio. “Prohibido olvidar”, “Fernando somos todos”, “Justicia es perpetua” y “3 años sin justicia” fueron solo algunas de las leyendas que se repitieron en los carteles de los presentes, que, casi sin excepción, llevaban la imagen de la cara de Fernando.
El Anfiteatro tiene capacidad para más de 2.500 personas y se encontró repleto, no solo con vecinos de Dolores, sino con gente que se acercó desde distintos puntos de la provincia de Buenos Aires para acompañar a los padres de Báez Sosa, los principales oradores del acto.
En la previa, hubo aplausos para Fernando Burlando, quien encabeza el equipo de abogados de la querella y llegó alrededor de las 19:15.
Mientras tanto, detrás del escenario varios camiones recibieron alimentos no perecederos y útiles escolares, que luego serán distribuidos. La mamá de Tomás D’Alessandro, un amigo de Fernando, es una de las personas que estuvo en el predio desde temprano juntando y acomodando las donaciones.
A un costado del escenario dio el presente el papá de Julieta Rossi, quien fuera la novia de Fernando al momento del feroz ataque de los rugbiers.
Por su parte, Rocío, de 31 años, contó que vino porque se siente conectada con el caso. “Me pasa que tengo un hijo varón y a veces se pelea en la colonia y no quiero que pase eso. No quiero que dentro de unos años el chico del cartel sea él”, explicó al borde del llanto. A metros de ella, Evangelina, una dolorense de 50 años, sostuvo que vino a acompañar a los padres y a pedir “Justicia” por “solidaridad y empatía”.
Ambas se arriesgaron acerca de una posible condena para los imputados. “Lo veo difícil, pero quiero perpetua para los ocho. Todos son tan cómplices como el que lo hizo”, dijo Rocío. Evangelina fue más tajante. “Creo que va a haber una condena ejemplar”.
A las 19:30 en punto arribaron Graciela y Silvino, quienes no pudieron evitar lagrimear al ver semejante acto de apoyo. Enseguida, se quebraron ante la suelta de globos blancos y el grito uniforme de “¡Justicia!”.
Los padres de Fernando iniciaron el encendido de velas para homenajear a su hijo fallecido. Sin embargo, como el viento dificultó la tarea, pidieron que, a cambio, se enciendan las linternas de los celulares.
Acto seguido, Graciela y Silvino plantaron un jacarandá, el árbol que más le gustaba a Fernando, en el parque municipal. El conductor del homenaje prometió cuidarlo entre “todos los vecinos de Dolores” y pidió que, cuando florezca, sea visto como un “sinónimo de vida y de justicia”. “Ya lo veremos florecer en un par de años. Lo vamos a cuidar profundamente. De hoy en adelante será el árbol de Fernando”, sostuvo.
Tras un minuto de silencio y un video homenaje, ocho amigos de Fernando desplegaron una bandera con su rostro y el reiterado pedido de justicia.
En simultáneo al acto en Dolores, en change.org se multiplicaron las firmas para la petición “JUSTICIA POR FERNANDO BAEZ SOSA. PERPETUA PARA LOS ASESINOS”. Pasadas las 20.30, acumulaba más de 760.000 adhesiones.
Finalmente, Silvino tomó la palabra. “Gracias por apoyarnos en este momento tan difícil de nuestra vida. Nos están dando mucha fuerza para seguir adelante pidiendo justicia. Esperemos que la Justicia actué como debe ser y el castigo sea ejemplar para que los jóvenes que ahora están en la playa divirtiéndose puedan volver a sus casas junto a sus familias”, comenzó.
“Cada día nos cuesta más la ausencia de Fernando. Cada vez que me levanto a la mañana es como levantarme con una bolsa en la espalda, es un peso enorme que tengo encima yo y mi compañera Graciela”, agregó.
Por su parte, Graciela manifestó: “Un día Fernando quiso ir de vacaciones, empezamos a juntar para que él pueda viajar y ser feliz con sus amigos. Había terminado su secundaria, siguió con el CBC y pudo ingresar con mucho esfuerzo a la facultad de Derecho. Quisimos darle con Silvino esa posibilidad de disfrutar como toda la juventud se merece. Nunca pensamos que no iba a regresar. Era nuestro sol, hoy estamos vacíos”.
“Sin él la vida se terminó para nosotros. Vinimos acá a Dolores en busca de justicia. No queremos venganza, solo queremos que paguen lo que le hicieron a mi hijo. En el juicio vi cómo reiteradamente le pegaban. Vi cómo lo discriminaron por su color de piel. Sigo esperando que mi hijo regrese, a pesar de que sé que nunca jamás regresará en nuestra vida. Les agradezco infinitamente por venir a acompañarnos”, concluyó.
El homenaje en Recoleta
Además de los actos que se llevaron a cabo en Dolores, donde se desarrolla el juicio contra los rugbiers, y en Villa Gesell, donde Báez Sosa murió tras salir del boliche Le Brique, también se realizó un homenaje en Recoleta, en la puerta del edificio en el que vivía el joven junto a sus padres.
Allí también se multiplicaron las pancartas y los pedidos de justicia, en la previa de las jornadas finales del proceso judicial, al que solo le restan las jornadas de alegatos, el 25 y el 26 de enero, y la lectura del veredicto, prevista para el 31 de diciembre.