Alrededor de 150 manifestantes trataron de tirar abajo la reja y los alambres que dividen el sector público del privado. Los gauchos frenaron el avance con sus caballos y al ritmo del chamamé.
Momentos de tensión e incidentes se produjeron este miércoles en la zona de Lago Escondido, donde un grupo de más de 150 militantes de organizaciones kirchneristas y de izquierda intentaron ingresar a la fuerza por el camino privado que une la ruta 40 con las orillas de la fuente de agua atravesando 10 campos particulares, entre ellos el del empresario inglés Joe Lewis, y se enfrentaron con baqueanos de la zona.
Los manifestantes integran diversas agrupaciones kirchneristas que se sumaron a la llamada 7° Marcha por la Soberanía de Lago Escondido y estaban liderados por Jorge Rachid, médico de Milagros Sala.
El martes hubo un primer intento pacífico de entrar por la reja que divide el espacio público de los campos privados, pero este miércoles, los manifestantes comenzaron a agredir a los más de 50 gauchos patagónicos que pusieron el cuerpo y su caballos detrás de la tranquera.
La decisión de cruzar a como de lugar fue tomada durante la noche por los referentes de la marcha en el marco de una reunión en El Bolsón.
“Estamos cansados, muy cansados de todo esto, nosotros somos gente de campo, muy mansa, pero estamos llegando al límite de nuestra paciencia”, indicó a Clarín Pablo Puchi, quien posee un campo en el área. “Vinieron en buses, nos quisieron pasar por arriba, hay patoteros, barras bravas, mucha gente de Buenos Aires, que vino hasta acá y no conocen esta problemática”, agrega.
Este miércoles un grupo de militantes ingresó al camino privado saltando los alambrados de un campo cercano. De este modo lograron ubicarse detrás de la reja que custodiaban los baqueanos de la zona.
Los manifestantes pretendían que les abran la tranquera y, en teoría, salir por allí. Una treta para que ingresaran los demás compañeros. El diálogo comenzó pacíficamente aunque los gauchos no aceptaron abrir la tranquera y les insistieron que volvieran por donde habían entrado.
Finalmente la situación se volvió muy tensa y los baqueanos los obligaron con sus caballos a retomar sus pasos. Como consecuencia se registraron heridos leves y gente con golpes.
Este martes una parte de los militantes se regresó a sus ciudades de origen, pero otra, compuesta por más de 150 personas, continuaron haciendo vigilia junto a la reja. Un grupo distinto, con Rachid a la cabeza, se adentró por el paso de montaña y dedicaron el día a descansar en la laguna Soberanía junto a la cual hicieron fuego y hasta pasearon en kayak, dos actividades prohibidas por la Secretaría de Medioambiente de Río Negro debido a la fragilidad de la naturaleza que lo rodea y la particularidad de sus aguas.
Los manifestantes intentaron quitar los alambres que protegen la parte superior de la tranquera mientras insultaban constantemente a los gauchos que no se movieron del sector. La gente de campo ubicó parlantes desde los que se escuchaba chamamé que se mezclaba con los gritos.
La columna intentaba alcanzar el Lago Escondido por el camino que se denomina de Tacuifí y que termina en la propiedad donde Lewis tiene su mansión.
En diciembre pasado, Juan Grabois, junto a un grupo de 100 seguidores, realizó un acampe de 24 horas al lado de la casa del empresario.
Pero en esta ocasión la marcha tiene la intención de prolongar la estadía por lo que llegaron a la zona en unos 30 colectivos de El Foyel con 1 tonelada de pertrechos que incluyen carpas y alimentos.
“No pueden pasar esto es propiedad privada”, fue la primera respuesta de los baqueanos que resistieron el avance del martes. Este miércoles la situación fue más tensa porque los manifestantes intentaron tirar la reja y pasar por la fuerza.
En el sector hay alrededor de 70 agentes de la Policía de Río Negro, pero se han dedicado mayormente a observar.
Los militantes llevaban numerosas pancartas, una de ellas dice: “Fuera ingleses de la Patagonia y Malvinas”. Sin embargo, Lago Escondido es más accesible ahora que cuando estaban los antiguos dueños, los Montero, cuentan los vecinos de la zona. Entonces, en los 90, el camino de Tacuifí se llamaba Montero y era básicamente una huella.
Cada año impulsa la Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua (Fipca). Entre las organizaciones que participan, se estima que en total serán 120, figuran La Cámpora, Mesa Coordinadora por la Defensa por la Soberanía del Río Paraná, Movimiento Popular Los pines, Movimiento Socialista de los Trabajadores, Frente de Izquierda, Grupo Bolivar y Grupo por la Soberanía.
El año pasado la Cámara de Apelaciones de Bariloche confirmó un fallo de 2013 para que se habilite el camino de Tacuifí, la medida fue apelada ante el Superior Tribunal de Río Negro.