Hay 47 acusados, incluidos los activistas más destacados de la ciudad, un académico y un exlegislador, que podrían ser condenados a cadena perpetua por “conspiración para cometer subversión”.
El mayor juicio en Hong Kong bajo la ley de seguridad nacional comenzó el lunes, con decenas de activistas prodemocracia acusados de intentar deponer el gobierno local.
Los 47 acusados, incluidos algunos de los activistas más destacados de la ciudad, un académico y un exlegislador, se exponen a cadena perpetua en caso de ser condenados por “conspiración para cometer subversión”.
De ellos, 16 se declararon no culpables de ese cargo, por su participación en una elección primaria extraoficial realizada antes de unas votaciones legislativas.
Un pequeño grupo de manifestantes se congregó frente a la corte con pancartas que decían “La represión es una desvergüenza” y “Liberación inmediata de todos los presos políticos”. Y más de 100 personas se reunieron frente al tribunal con la esperanza de poder asistir al inicio del juicio.
Según las autoridades, el grupo de acusados buscaba obtener una mayoría legislativa para forzar la renuncia del gobernante de la ciudad, lo que asimilan con intentar derrocar el gobierno.
Mientras, los acusados aseguran ser procesados por realizar acciones normales de oposición. La mayor parte del grupo ha pasado casi dos años en prisión.
Ellos representan la amplia gama de la oposición hongkonesa, desde el académico Benny Tai hasta exlegisladores como Claudia Mo, Au Nok-hin y Leung Kwok-hung, pasando por jóvenes activistas como Joshua Wong o Lester Shum, acusados conjuntamente en marzo de 2021, por organizar una votación primaria no oficial, un año antes de las elecciones legislativas.
El juicio podría extenderse más de cuatro meses y estará a cargo de jueces escogidos por el gobierno. Se trata del juicio más grande hasta la fecha bajo la ley de seguridad nacional impuesta por China tras las grandes protestas prodemocracia de 2019.
Según Pekín, la ley era necesaria para contener la inestabilidad que, asegura, provocaron las protestas en el centro financiero asiático.
Utilizada contra estudiantes, sindicalistas y periodistas, la ley ha transformado la ciudad, otrora un bastión de libre expresión, en algo similar a la autoritaria China continental.