El docente de la Escuela Secundaria N° 38 se refirió en la 99.9 a las promesas incumplidas de tener una sede propia, después de que les entregaran las llaves en octubre del año pasado: “no se hicieron las obras que necesitábamos y tendremos que comenzar el ciclo lectivo nuevamente en el CEF”.
A poco de comenzar el ciclo lectivo en General Pueyrredón, la Escuela Secundaria N° 38 no tiene aquello que le prometieron. El año pasado, esta institución que funcionó en el CEF por falta de edificio propio, recibió un anuncio con bombos y platillos de una nueva sede. Incluso recibieron la llave, pero el gobierno no realizó las obras necesarias y por eso, todavía no la pueden utilizar. En el 2023, volverán a comenzar las clases en el CEF.
El docente de la institución, Marcelo Basso contó en la 99.9 que “la situación de la escuela vuelve a ser como sucedió el año pasado en las instalaciones del CEF con un contexto inadecuado. Deberíamos haber iniciado las clases en nuestro edificio. Desde octubre que ya tenemos la llave, no se realizó ninguna de las obras necesarias para ponerlo en condiciones”.
Con esta estructura planteada, saben que no van a poder cumplir con los objetivos académicos porque no cuentan con el espacio apropiado: “el problema más importante es la imposibilidad de darle continuidad a las clases. Sólo disponemos de 5 aulas de las 12 necesarias. Los estudiantes van una semana si y la otra no y se supone que cuando no van deberían tener clases virtuales pero la mayoría no tienen posibilidades de continuidad porque son de barrios alejados o no tienen conexión en el celular. Son semanas perdidas, tienen la mitad de las clases que deberían tener”.
Además de esa problemática, tienen que dejar el espacio para actividades específicas durante el año y saben que es imposible cumplir con los objetivos de educación: “en ese edificio habitualmente hay Congresos, se hacen los Juegos Evita y son semanas y semanas donde se suspenden totalmente las clases. Es imposible asegurar la enseñanza”.
Desde que tienen este problema, cada vez cuentan con menos alumnos y la esperanza de contar con edificio propio, había generado un interés: “la caída en la matrícula se va agravando con el correr del tiempo. Alguna incorporación de nuevos estudiantes habíamos logrado con la promesa de que el edificio nuevo comenzaría a funcionar este año. Fue muy poco y relativo, no sé qué pasará ahora que no comenzaremos allí. Encima no tenemos certeza de cuando podríamos mudarnos porque las obras necesarias apenas están en proceso de licitación”.
Lo que también está denunciando Basso junto con la comunidad educativa, es que no aprovecharon el verano para hacer lo que se necesitaba y, en unas semanas, comenzar el 2023 como correspondía en la nueva sede: “hemos sacado un documento comunicando nuestro repudio por los cuatro meses que se perdieron y dilapidaron. Se podrían haber hecho las obras porque las llaves las tenemos desde octubre y las obras principales no deberían demorar más de 2 o 3 meses. Depende de que los funcionarios a cargo, se muevan con prioridad”.