El Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Humanas de Universidad Católica de Uruguay habló en la 99.9 sobre su visión de los objetivos que tiene en la actualidad el derecho penal en el continente.
La manera en que el derecho penal se aplica en casi todos los países del continente es un tema constante de análisis, porque se ha ido desfigurando el sentido original de lo que se busca con la denominada justicia.
El Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Humanas de Universidad Católica de Uruguay, Mario Spangerberg tiene una opinión formada al respecto y la compartió en la 99.9: “es una postura que parte de la Academia y luego derrama en las instituciones y el diseño de las políticas de persecución penal. Es olvidarse de la historia del derecho penal que si algún sentido tiene es resolver el conflicto entre las personas con un sentido de justicia. Hace varias décadas en América Latina uno advierte que nos olvidamos de las víctimas de los delitos como si no existieran y por otro lado, de la pacificación social del delito. Parece que la humanidad no tuviera ningún derecho a convivir pacíficamente”.
El trato que se les da a las víctimas es el eje central que se ha modificado: “se pretende hacer una especie de justicia social con el derecho penal desde una premisa absolutamente falsa: que las víctimas son poderosas. En América Latina pasa que las víctimas también son pobres y están en situación de vulnerabilidad”.
En cada país, incluido Argentina, parecen que la violencia, la inseguridad e incluso la falta de repuesta de la justicia es único e irrepetible: “es un problema de América Latina pensar que los problemas son propios y exclusivos. Tenemos una red de problemas en común que si los vemos desde el punto de vista localista, será difícil encontrarles una solución”.
Uno de los temas que se puso en discusión recientemente repetir lo hizo Nayib Bukele en El Salvador con la nueva cárcel: “no me gusta opinar en general, pero desde el punto de vista conceptual hay mucho para hacer en el combate del delito y las políticas de persecución penal aún dentro de ciertos límites, es decir no convertirse en lo que uno quiere combatir. Hay mucho margen de maniobra para mejorar sin discutir esos límites”.