El Consejo Constitucional francés validó el retraso de la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años, la principal medida de la reforma de pensiones aprobada por el Gobierno.
El Consejo Constitucional francés validó este viernes las medidas clave de la impopular reforma de las pensiones del presidente liberal Emmanuel Macron. La decisión fue acogida con abucheos por parte de los manifestantes congregados en la plaza del Ayuntamiento de París.
Así, para 2030, la edad mínima de jubilación será a los 64 años, pese al constante rechazo desde enero de los sindicatos y de una mayoría de franceses, según los sondeos.
Los nueve “sabios” de la institución rechazaron además una solicitud de la oposición de izquierda de convocar un referendo para limitar la edad de jubilación a 62 años.
Tensión sigue presente en las calles
Desde el 7 de marzo, cuando se manifestaron entre 1,2 y 3,5 millones de personas, las marchas son menos numerosas, pero la intensidad amenaza con remontar.
En la mañana del viernes se dieron de nuevo bloqueos en los accesos a Ruán (noroeste) y en una plataforma de alimentos en Estrasburgo (noreste). Los sindicatos ya habían avisado de que, independientemente de la decisión, el conflicto social no se terminaría.
Macron propone reunión a sindicatos
Unas horas antes de conocerse la decisión, Emmanuel Macron propuso a los sindicatos franceses una reunión el martes, indicó la presidencia, como “el inicio de un ciclo (…) que continuará las próximas semanas”.
El mandatario está acusado de haber creado una “crisis democrática” al decidir el 16 de marzo adoptar por decreto su reforma, ante el temor de perder la votación en el Parlamento donde carece de mayoría absoluta desde junio.