Sin embargo, reconoció la responsabilidad civil de ambas compañías y enumeró una serie de “fallas” que derivaron en la caída del aparato el 1° de junio del 2009 en el océano Atlántico.
Casi 14 años después del trágico accidente del vuelo AF447 Río-París del 1° de junio de 2009, la justicia francesa absolvió este lunes a las aerolíneas Airbus y Air France de la acusación de homicidios involuntarios, aunque reconoció su responsabilidad civil en el hecho. La sentencia encendió la “rabia” de los familiares de las 228 víctimas.
Un tribunal de París juzgó que el fabricante europeo y la aerolínea francesa cometieron “faltas”, pero no se “pudo demostrar (…) ningún vínculo causal seguro” con el accidente.
El 1º de junio de 2009, el avión que operaba el vuelo AF447 entre Río de Janeiro y París se estrelló en plena noche cuando sobrevolaba el océano Atlántico, unas horas después de su despegue. Los 216 pasajeros y los 12 tripulantes que iban a bordo murieron en el accidente más mortífero de la historia de las compañías aéreas francesas.
A bordo del avión, un A330 iban pasajeros de 33 nacionalidades, entre ellos 61 franceses, 58 brasileños, dos españoles y un argentino.
Cuáles fueron los errores de Air France y Airbus en el accidente del vuelo AF447 Río-París
El tribunal anunció el fallo en una sala colmada de familiares de las víctimas y periodistas, así como representantes de Air France y Airbus.
Según el veredicto, los “errores” de las empresas aumentaron las probabilidades de que ocurriese el accidente, por lo que la aerolínea y el fabricante franceses son “civilmente responsables” por los daños. El tribunal pospuso la cuestión de la evaluación de los daños y perjuicios a una vista el 4 de septiembre.
El tribunal consideró que Airbus cometió “cuatro imprudencias o negligencias”, especialmente no haber reemplazado en los aviones A330 y A340 los modelos de sondas Pitot llamadas “AA”, que parecían congelarse con mayor frecuencia y habían mostrado fallos en los meses anteriores.
El fabricante francés también habría ocultado información a las aerolíneas, y debería haber actualizado su procedimiento de entrada en pérdida, según el tribunal. Air France cometió dos “imprudencias” relativas a las modalidades de difusión de una nota preventiva sobre la congelación de las sondas, dirigida a sus pilotos.
No obstante, para el tribunal, en el ámbito penal “una relación de causalidad probable no es suficiente para tipificar un delito”, ya que se debería demostrar que sin esos errores “no se hubiese producido la muerte de las víctimas”.
La reacción de los familiares: “Estamos asqueados”
Los familiares reunidos en la sala del tribunal manifestaron su sorpresa y cuestionaron en duros términos el fallo,
”Esperábamos un veredicto imparcial, no ha sido el caso. Estamos asqueados”, dijo Danièle Lamy, presidenta de la asociación Entraide et Solidarité AF447, que representa a los familiares de las víctimas. ”De estos 14 años de espera no queda más que desesperanza, consternación y rabia”, agregó.
El abogado de la asociación, Alain Jakubowicz, afirmó: “Nos dicen: ‘Responsables pero no culpables’. Y es cierto que nosotros esperábamos la palabra ‘culpables’”.
”Para mi no tiene sentido”, reaccionó Ophélie Toulliou, que perdió a su hermano en el accidente
La reacción de Air France y Airbus tras el fallo de la justicia
En un comunicado, Air France declaró que “toma nota del veredicto”.
“La empresa recordará siempre a las víctimas de este terrible accidente y expresa su más profunda compasión al conjunto de sus familiares”, señaló.
Por su parte, Airbus consideró que la decisión es “coherente” con el sobreseimiento pronunciado al término de la instrucción en 2019, y manifestó también su “compasión” y su “total compromiso (…) en materia de seguridad aérea”.
Al término del juicio, que tuvo lugar del 10 de octubre al 8 de diciembre, la fiscalía solicitó la absolución de ambas compañías porque consideró que era “imposible demostrar” su culpabilidad.
En los días posteriores al accidente se encontraron los primeros restos del avión y de los cuerpos. Pero el fuselaje no fue localizado hasta dos años después, a 3.900 metros de profundidad. Las cajas negras confirmaron que los pilotos, desorientados por un fallo al congelarse las sondas de velocidad Pitot en medio de la noche cerca del Ecuador, fueron incapaces de frenar la caída del aparato, que se produjo en menos de cinco minutos.