Así lo afirmó el presidente reelecto de ATICMA, en diálogo con la 99.9 vislumbrando un futuro interesante para la ciudad con el Distrito Tecnológico: “desde Mar del Plata se aportan soluciones a todo el mundo”, destacó.
La tecnología se ha transformado en un polo productivo importante para el país y en ese sentido, Mar del Plata ofrece condiciones particulares y sobre todo, diversidad dentro del rubro. El presidente recientemente reelecto de ATICMA, Bernardo Martínez Sáenz se refirió a la potencialidad de la ciudad en este aspecto, a través de la 99.9.
“Mar del Plata tiene la suerte de tener desarrollado desde hace años con la Universidad Nacional con una carrera de ingeniería electrónica que generó muchas empresas, después se sumaron las privadas como FASTA y CAECE y ahora se ha sumado la UTN que viene a dar un pulmón fuerte a la generación de talento. Al ser una ciudad linda y la historia cultural de Argentina, Mar del Plata tiene muy buena posibilidades de ser un polo tecnológico que se posicione bien en Latinoamérica”, expresó primeramente.
El posicionamiento del país a nivel continental, también es importante y saben que eso puede redundar en oportunidades para la ciudad: “Argentina está en cuarto o tercer lugar, dependiendo si miramos volumen o facturación, y hay soluciones con muchísimo valor agregado que se exportan a los países más remotos. Desde Mar del Plata se aportan soluciones a todo el mundo. Con el Distrito Tecnológico vemos la posibilidad de que esto se visualice mejor y eso es un beneficio. Siempre es difícil conseguir talento, la pandemia lo resolvió porque los metió a todos en conocimiento de que este era el futuro”.
La relación con los marplatenses, también para Martínez Sáenz resulta fundamental porque el inicio de cada proyecto es primero con el mercado interno antes de exportar: “es importante que la sociedad lo sepa por distintas razones. La primera es que para hacer soluciones con alto valor agregado, se necesita un campo de prueba. Cuando uno hace una solución de desarrollo la hace para una necesidad cercana. Uno no nace exportando, pero si nace compitiendo con todo el mundo porque me pueden comprar una solución a mí o bien adquirirla por internet. Eso hace que sea imperioso que las empresas subamos la vara tanto para exportar como para subsistir”.