Ricardo Runza: “El problema de Argentina es de visión”

El ingeniero, especialista en Defensa, habló en la 99.9 sobre dos puntos centrales para nuestro país: la adquisición de aviones caza y el control del Mar. Además, señaló que no hay políticas a largo plazo.

La política de defensa en Argentina es inexistente y hace años que carece de ideas que se puedan implementar a largo plazo, algo que no se ha podido mejorar.

El ingeniero Ricardo Runza, especialista en Defensa dio su mirada en la 99.9 sobre dos puntos claves como la compra de aviones caza y el control del Mar. En el primero de los temas, indicó que el mejor caza para adquirir sería “el F16 norteamericano” y explicó que “confluye una cuestión particular que tiene que ver con Malvinas, nuestra situación en el Cono Sur y la oportunidad de lograr una medida de confianza mutua entre Argentina y Chile. Pretendo que evolucione hacia medidas de confianza de tercera generación, que consiste en buscar la estandarización de algunos sistemas de armas críticos para asegurarse la búsqueda de paz en el plano militar. Cuando esto ocurre, las posibilidades de tener un conflicto es prácticamente cero porque se comparte una logística común, desalienta cualquier locura militar”.

En Argentina particularmente, el especialista consideró que se necesita una política coherente que se extienda en el tiempo: “en defensa nunca se habla en el corto plazo, sino en el muy largo plazo. Para nuestra Constitución, alcanzar como objetivo un derecho pleno de ejercer la soberanía plena de Malvinas, no se puede dejar de lado. Esto se debe hacer de manera pacífica y para que esto se pueda dar, el otro tiene que entender que no es un riesgo. El mejor elemento desde el punto de vista militar es tener sistemas de armas que no sean rivales de su país”.

Esa falta de pensamiento profundo sobre el destino que se quiere tener y las políticas que se aplican, es peligroso incluso para los intereses del país: “el gran problema de Argentina es de visión, no tenemos una visión que guíe nuestras acciones a lo largo del tiempo y se mantenga con permanencia. En un mundo global con tensiones, hay que hacer alianzas perdurables en el tiempo. Desde la Primera Guerra Mundial, Argentina se caracterizo por no ser aliado de nadie, nos somos confiables para nada. Esos en la defensa tiene un impacto tremendo porque nadie vende un sistema de armas moderno a quien no es confiable”.

En referencia al control del mar, lo que propone es comprar plataformas petroleras en desuso a un precio bajo y ubicarlas en lugares estratégicos de la plataforma submarina de nuestro país para ejercer una política activa. “En el año 2000 un submarinista nos propuso a mi y a mi equipo esta idea. No es una idea acabada, sino es algo que se estudió. Es válida en el sentido que nuestra plataforma lo permite porque tiene un declive suave, poca profundidad y permitiría un sistema de control distinto a lo que se hace ahora. Es importante porque la tecnología cambia y necesitamos de una estrategia de permanencia que permita la combinación de operaciones con drones, helicópteros y patrullas de alta mar”, indicó.

Argentina hoy no tiene la posibilidad de ejercer un verdadero control del Mar Argentino y la salida que propone puede aportar a futuro un sistema distinto: “hoy no tenemos una capacidad de control del Mar porque los medios disponibles son pocos y la estrategia de permanencia que tenemos, pero sobre todo el costo de las operaciones en un país que está tan mal económicamente, hace que seamos muy vulnerables en la pesca ilegal. El segundo aspecto tiene que ver con las aguas internacionales donde creo que es necesario saber quienes tienen los intereses contrarios a los nuestros. Hay países como China que tiene una flota que son el 80% de los barcos que pescan de manera depredatoria. Lo que propongo una estrategia que lleve a que las Naciones Unidas haga un tratado de regulación para la protección de aguas y en ese marco, en nuestro territorio, Argentina podría tener una estructura que nos permita proyectar el control regulatorio sobre lugares críticos. No pensamos en plataformas para todo el límite marítimo, sino en las zonas críticas”.