Estaba invitada a participar con su Boeing 737-700 para una de las ferias de aviones militares más importantes del mundo. Qué sucedió.
Podría haber sido uno de los acontecimientos más importantes entre la Argentina y el Reino Unido de estos últimos años teniendo en cuenta la mala o distante relación que tienen ambos países. Más que eso, podría haber sido desde lo gestual hasta un hecho histórico.
La Fuerza Aérea Argentina habia sido invitada a participar de la Royal International Air Tattoo, que entre el 14 y 16 de julio de este año se va a hacer en el Reino Unido. Es una de las muestras de vuelos militares más resonantes del mundo que atrae a miles y miles de uniformados y fanáticos.
Pero Argentina, que aparecía primero en el listado de participantes, fue finalmente vetada. Y “simplemente”, el nombre del país y de su avión estrella desapareció de la lista de confirmados. ¿Qué pasó? Iba a participar de la Feria con su T-99 Boeing 737-700, un avión de transporte bautizado “Islas Malvinas”. Y claramente, sobre el final del camino, eso no se permitió.
Fuentes consultadas por Clarin en el Foreign Office dijeron este lunes: “Lamentablemente, Argentina no va a enviar su Boeing 737 para participar de la Royal International Air Tattoo (RIAT) 2023. Esperamos poder contar con la participación de un avión argentino en esta exhibición en los próximos años y esperamos recibir a miembros de la Fuerza Aérea Argentina en la edición de este año.”
Este diario también consultó por qué la aeronave no va a participar cuando antes sí había sido anunciada: “La Fuerza Aérea Argentina no ha brindado ninguna razón sobre el retiro del avión”, informaron los británicos.
Sin embargo, dijeron que “como festival de aviación que apoya al Royal Air Force Charitable Trust, uno de los principales objetivos de la RIAT es fomentar y fortalecer los vínculos entre las fuerzas aéreas de todo el mundo. Tenemos mucho interés en seguir estrechando nuestros lazos con la Fuerza Aérea Argentina”.
Con todo, este diario sabe por su parte que hay dos cuestiones importantes al momento. Por un lado, “Islas Malvinas” es un nombre que impone desde el vamos la toponimia argentina sobre el conflicto de soberanía con el Reino Unido por el archipiélago que los enfrentó en la guerra de 1982. Se sabe que en las islas, en Gran Bretaña y en buena parte del mundo se las conoce como Islas Falkland o Falkland Island. Los gobiernos argentinos militan un rechazo a dicha denominación anglosajona.
En segundo lugar, Londres mantiene un embargo militar contra la Argentina desde la guerra. Este ha tenido distintas etapas y alguna flexibilidad en contados casos. Argentina se encuentra impedida de comprar aviones, barcos, y otros equipos en el mercado internacional porque fueron hechos en el Reino Unido o tienen componente británico. El mismo Boeing es una adquisición argentina a los británicos.
Estar o no estar
Hay varias explicaciones dando vueltas y por supuesto impera el desánimo entre los militares argentinos, que además se llevan bien con sus colegas británicos. Hay quienes aseguran que “se respetan” y hasta “se admiran” pese a haber sido enemigos.
Dentro de la Fuerza Aérea al mando del brigadier general Xavier Isaac aclararon a este diario que nunca fue idea la de mandar el Boeing Islas Malvinas exclusivamente a la RIAT 2023, sino que para la fecha tiene previsto ir a Chipre a llevar a los cascos azules argentinos. Por lo tanto, tenía previsto las dos actividades. Ahora sólo iría a Chipre.
Nadie se hizo eco de decisión alguna en un sentido u otro. Pero en una breve actualización de noticias, la Royal Air Force Charitable Trust Enterprises comunicó lo que es un hecho: “Finalmente esta semana, el Boeing 737 argentino previamente anunciado ya no participará en la Royal International Air Tattoo 2023”.
Ocurre que a fines de mayo, la propia Royal International Air Tattoo anunciaba en un tuit con un video lo siguiente: “¡Llegan anuncios de aeronaves! ¡RIAT recibirá aviones de la Fuerza Aérea Argentina, la Fuerza Aérea Rumana y la Royal Navy! Para ver todos los asombrosos aviones que hemos anunciado hasta ahora, siga el enlace aquí: airtattoo.com/airshow/aircra…”
Luego, en los artículos de revistas especializadas se anunciaba que ya estaban a la venta los tickets para la RIAT 2023 con la “participación de algunas aeronaves raras y fuerzas aéreas internacionales”. Y allí destacaban como ejemplo, “el regreso de la Fuerza Aérea Rumana después de una década de ausencia” y “la incorporación ‘ultra rara’ de la Fuerza Aérea Argentina con su gran transportador, el Boeing 737-700 – “Las Malvinas” (Islas Malvinas)”.
Este fin de semana, se sintió el baldazo de agua fría. El sitio Gloucestershire Live contó que tras ser “aprobado originalmente por el Ministerio de Defensa para asistir a la RIAT de este año” la aeronave argentina no aparecerá “después de una reacción violenta por el nombre del avión”.
Para el caso, el sitio Gloucestershire Live recordó que esa aeronave es un 737 británico vendido en 2020 por la Royal Air Force a la Fuerza Aérea Argentina en una de las señales de descongelamiento. Pero recordó que le pusieron Islas Malvinas en 2021 al llegar a la Argentina desde Gales.
Según la publicación, cuando se anunció el Boeing 737-700 T-99 a fines de mayo, la RAF Charitable Trust Enterprise dijo que era un anuncio ‘muy raro’ y que igual “esperaba dar la bienvenida al avión de transporte para una exhibición estática en la exhibición aérea de este año, pero después de semanas de debate sobre su futuro, parece que la RAF abandonó” el Islas Malvinas. Y que ahora la estrella será el equipo oficial de vuelo acrobático de las Reales Fuerzas Aéreas Saudíes, los Saudi Hawks.
En agosto de 2022, el Islas Malvinas fue utilizado de manera polémica por el Ministerio de Defensa. El ministro Jorge Taiana lo puso a disposición de la secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Entonces su titular, Horacio Pietragalla facilitó que un grupo de familiares de las 16 victimas de la masacre de Trelew viajaran en el Boeing 737 para conmemorar su memoria.
Estos 16 pertenecieron a un grupo de 19 jóvenes peronistas y de izquierda que se entregaron al penal de Trelew, donde cumplían prisión y fallaron en unirse a una gran fuga de otros que sí tuvieron éxito. Fueron fusilados a sangre fría el 22 de agosto de 1972 y sus asesinos fueron luego condenados en democracia. La polemica subió de tono y generó protestas cuando, ya en tierra, los familiares desplegaron banderas junto a la aeronave que reivindicaban a la guerrilla y su accionar.