Ana Fernández Moujan: “El cabezal de fibra de carbono que diseñamos es como dos cosechadoras en una”

La presidenta de G-FAS “Green Footprint Agricultiral Solutions” habló en la 99.9 sobre como surgió la idea de diseñar un cabezal de fibra de carbono para la cosechadoras: “se me ocurrió ver el mástil del velero que tenemos con mi marido en posición horizontal”.

A veces un sólo instante puede transformar la vida de muchas personas. Eso le sucedió a Ana Fernández Moujan, presidenta de G-FAS “Green Footprint Agricultiral Solutions”, que creó un cabezal de cosechadora de fibra de carbono que aporta muchos beneficios a los productores, inspirada en el mástil de un velero.

En declaraciones a la 99.9, la emprendedora comentó que “tenemos un velero con mi marido y una tarde yendo a Colonia, me surge la idea de verlo en posición horizontal. Soy amante de la innovación y siempre pienso soluciones para el agro, entonces le digo que si ponemos el mástil en posición horizontal es un botalón. Al ser de fibra de carbono que es mucho más liviano y tenaz, se podía hacer algo más amplio usando la misma máquina con un rango de labor más grande”.

A partir de ahí, empezaron a darle forma a lo que hoy es una realidad: “fuimos a ver a los fabricantes, nos llevó tiempo convencerlos para que entraran en el agro. Los acompañamos en el proyecto, en el proceso y lo logramos. Prematuramente se la vendieron a John Deere pero incorporamos la fibra de carbono en el agro y de ahí pasamos a fabricar nosotros los cabezales de cosecha para trigo y arroz ultralivianos. Están dando unos resultados maravillosos”.

Ese “momento Eureka” como ella misma lo definió, ha generado el ahorro de los productores en distintos ámbitos: “al ser livianos, casi que duplica la capacidad de cosecha. Con un cabezal es como si tuvieras dos cosechadoras con todo lo que eso conlleva, hay beneficios económicos y agronómicos. Con este sistema de materiales ultralivianos, la máquina va liviana y se consume un 40% menos de combustible duplicando la capacidad de cosecha”.

La innovación a veces pasa por pequeñas cosas y Fernández Moujan lo experimentó en carne propia, pero lo sigue disfrutando: “es lindo cuando te metes en un proyecto así en el que confias. Lo comenzamos hace 5 años y lo fuimos probando durante 3 años y hace dos años que estamos en el mercado”.