Una importadora europea de equipamiento militar anunció la llegada del cargamento en sus redes sociales y generó especulaciones sobre su procedencia.
“1000 cartuchos calibre 7,62 mm. “C”. Cajón 25099. Lote 15. Fecha: 21 / 11 / 1983” se llega a leer en la típica boleta de “Control de Embalaje” que entregaba la Fábrica Militar “Fray Luis Beltrán”. La munición referenciada forma parte de un cargamento que llegó a la importadora polaca “House of Guns”, según anunció en sus sitios oficiales. En las fotos se observan varios pallets con paquetes de 1000 y 1500 proyectiles cada uno, lo que hace presumir una carga de varias toneladas. Lo curioso, justamente, es que esas municiones aún estén en circulación, ya que están fuera de servicio –oficialmente– hace décadas. Las mismas son de uso común para las tres Fuerzas Armadas de Argentina y Fuerzas policiales federales.
“Las municiones de FAL de 1983 ya están prohibidas para nosotros” explica a El Litoral una autoridad de las Fuerzas Armadas locales, que se mostró sorprendida ante la consulta. Sobre los causales de ello, menciona que se debe a que “están vencidas” y que, en consecuencia, “ya se ordenó hace mucho destruirlas en los hornos que tenemos para eso”.
Sobre las variables que pueden conducir a que aún sigan en circulación, entre los pasillos del Estado Mayor General del Ejército se manejan las posibilidades de que hayan sido “vendidas formalmente en aquella época, se las tuvo guardadas y ahora alguien las necesita” o “nunca se las destruyó y se las vendió de forma irregular”. En la hipótesis de que haya sido cargamento vendido originalmente, de forma legal, en la década de 1980, vale destacar que era destinado para ejércitos que respondían a Occidente, ya que las medidas 7,62 x 51mm son calibre tipo “OTAN” y las Fuerzas de países soviéticos utilizaban la medida 7,62 x 39mm, lo que hace que –por la longitud en recámara– no sean intercambiables. En todas las siguientes configuraciones de calibres, siempre se mantuvieron pequeñas diferencias entre los bloques regionales.
El Litoral contactó a la empresa privada, que en principio aceptó responder preguntas. Sin embargo, ante las consultas sobre el origen estatal o privado de la transacción, la cantidad total y el destino, se negaron a responder. Sólo señalaron que será para el “mercado interno polaco”. Ante esto, será importante conocer los registros oficiales para conocer los detalles de cuándo esa munición salió de Argentina, para lo que ya se envió un pedido de informes al ministerio de Defensa, según lo estipulado por la Ley de Acceso a la Información Pública.
La entidad “House of Guns” se presenta como establecida en 2010 y “creada por uno de los mayores importadores de explosivos de Europa. El dominio de actividad es la importación, exportación y venta interna de armas militares (excedentes). Hay numerosas cantidades de armas largas y cortas en stock. Debido al tipo de actividad -distribución de armas de fuego-, no existe cooperación con tiradores individuales, sino solo con entidades autorizadas (tienda de armas) y centros de formación. La cooperación con más de una docena de países nos permite importar grandes cantidades de armas de fuego de todos los rincones del mundo”. Sobre la venta de municiones, destaca que tiene “acceso constante a municiones, tanto nuevas como de existencias militares. La munición que ofrecemos es civil y militar”. En la publicación donde anuncia la llegada de la munición originada en nuestro país, hay gran cantidad de internautas que manifiestan su intención de compra.