El Dr. en Ciencias Farmacológicas de FASTA, habló en la 99.9 sobre el trabajo que están realizando para saber que impacto tiene en Mar del Plata el consumo de benzodiacepinas durante un tiempo prolongado.
El consumo de medicamentos que generan adicción es un verdadero problema en Argentina y los ansiolíticos en particular parecen haber proliferado, sobre todo en el período de encierro masivo durante la pandemia.
Desde la Universidad Fasta, se está llevando adelante un estudio para profundizar en el impacto del consumo prolongado de ansiolíticos en las personas. El director de ese trabajo es Alberto Peña, Dr. en Ciencias Farmacéuticas que contó los objetivos en la 99.9: “estamos en un proyecto de investigación que surge de la práctica de Farmacología de FASTA y el objetivo principal es evaluar el nivel de incidencia que tiene desde hace varios años el consumo de benzodiacepina en personas mayores de 60 años. Esto se relaciona con trabajos científicos internacionales que se realizan hace años donde se muestra relación entre el consumo prolongado de benzodiacepina y algunos trastornos en las personas que lo consumen. En su mayoría alteraciones en la memoria, cognitivos, pérdida de equilibrio, excesiva sudación, etc”.
La etapa de relevamiento todavía se está desarrollando y después vendrá el análisis de la información, pero preliminarmente encuentran que en nuestra ciudad se repiten los trabajos que se han hecho en otros lugares del mundo: “el objetivo es tomar una muestra poblacional que sea representativa de la ciudad, para saber cuanto se consume, que tipo de benzodiacepina y durante cuanto tiempo se extiende el consumo. Calculamos que para fines de noviembre terminaríamos el trabajo de campo, tomamos unas 1.100 muestras pero no tenemos un techo. Después viene un período de análisis de los resultados, pero tenemos conclusiones preliminares que se condicen con resultados de otros países del mundo”.
Respecto del efecto concreto que generan las benzodiacepinas, el Dr. Peña comentó que “potencian la actividad de nuestro sedante natural que se llama GABA. Se las usó durante años para tratar la ansiedad y el insomnio. Hoy hay otra mirada respecto de las benzodiacepinas sobre todo por los efectos de este uso prolongado. El piso que hemos puesto para el estudio es de 3 años de consumo. Hoy la OMS establece uso prolongado los 3 meses”.
También explicó porque eligieron personas mayores a 60 años para recoger datos: “cuanto mayor es el tiempo de consumo, más nos acercamos a la posibilidad de generar hechos negativos para el organismo. Sucede en pacientes jóvenes o mayores. Nosotros basamos el estudio en personas mayores de 60 años porque a medida que vamos envejeciendo la funcionalidad no es la misma y eso nos acerca más a la posibilidad de desarrollar los efectos negativos de las benzodiacepinas”.
Lo que saben es que este tipo de medicamentos, también genera adicción y es otra problemática: “las benzodiacepinas que se consumen por tiempo prolongado, generan dependencia. Si sigue el consumo, termina generando un estado de adicción. Aquellos pacientes que hace muchos años que lo consume, no deben retirarle repentinamente la medicación, sino retirar la medicación de a poco para ir minimizando los efectos del estado de abstinencia”.