Amenazas, acoso, palizas. Muchos maestros sufren violencia en escuelas de Alemania. Una situación que empeoró con la pandemia. Psicólogos y expertos buscan cómo ponerle remedio.
Las cifras son alarmantes y la situación en las escuelas, “aterradora”, afirma en una entrevista con DW Gerhard Brand, presidente federal del segundo sindicato de profesores de Alemania, la Verband Bildung und Erziehung (VBE). El otoño pasado, esta organización realizó un estudio en el que entrevistó a directores de centros escolares sobre la violencia contra los docentes y concluyó que ésta había aumentado.
Casi dos tercios de los directores encuestados declararon que, en los últimos cinco años, se habían producido casos de violencia psicológica en sus centros en forma de amenazas o acoso; y, en casi un tercio de todos los centros, se produjeron agresiones físicas a profesores.
De hecho, en Baja Sajonia, se produjo un aumento del 30 por ciento en delitos de lesiones físicas contra docentes en 2022, en comparación con el año anterior, según la oficina policial de ese Estado.
Hace algún tiempo, un profesor -que desea permanecer en el anonimato- describió a DW lo que le ocurrió en una clase de alemán, cuando intentaba zanjar una discusión entre dos alumnos. Uno de ellos cogió un cúter o cortacartón que había utilizado previamente en clase de arte, “se abalanzó hacia el otro alumno y gritó en voz alta que iba a matarlo”. El profesor intentó mediar. “Entonces, me atacó con el cúter, porque estaba tan enfurecido que tenía que apuñalar a alguien”. El profesor resultó herido leve, según describió a DW.
Este caso, sin embargo, no es uno de los que “vivimos todos los días en las escuelas”, comenta Brand, y añade que las estadísticas solo son realmente “la punta del iceberg”.
“No hay suficiente personal”
Por el contrario, el psicólogo escolar Klaus Seifried, vicepresidente de psicología escolar en la Asociación Profesional de Psicólogos Alemanes, cree que “los incidentes de violencia realmente no están aumentando“, más bien, “lo que ocurre es que hoy en día la gente se fija más en el tema y habla más de él”, explica a DW.
Seifried, además, ve otra razón para una cierta escalada en las escuelas: el cambio generacional en el profesorado. “Muchos aún no tienen experiencia y no saben cómo afrontar los conflictos. Además, el estrés es cada vez mayor debido a la falta de profesionales y el aumento de horas por sustituciones”, agrega.
El hecho es que, según la Conferencia Permanente de ministros de Educación y Asuntos Culturales, en Alemania faltarán unos 25.000 profesores de aquí a 2025. Este es el “meollo de la cuestión”, explica Brand. Una supervisión más intensiva de los alumnos por parte de más personal docente reduciría la agresividad en las aulas, algo que no parece arreglarse a corto plazo, insiste.
Aumento por la pandemia
Según una encuesta de la VBE, la situación en las escuelas ha empeorado a raíz del coronavirus, tiempo durante el cual alumnos y padres se vieron sometidos a una presión psicológica especial. Seifried afirma que “había alumnos que vivían en un estado de desgobierno, pasando el rato sólo delante del televisor o el ordenador”.
Pero no fueron sólo los alumnos, sino sobre todo los padres quienes contribuyeron a aumentar la violencia y la falta de compromiso en las escuelas durante la pandemia. En el estado de Turingia, según un estudio de la VBE, el 56 por ciento de los casos de violencia mental directa y el 70 por ciento de los casos de violencia en internet tuvieron su origen en los padres, con el objetivo de inflingir daño a los profesores que insistían en el cumplimiento de las normas contra la propagación del coronavirus.
La resignación no es una opción
Los casos de violencia contra el personal docente se deben también a los cambios en la sociedad. Según Brand, “asistimos a un aumento de la propensión a la violencia, con una clara pérdida de respeto, ayuda y cordialidad en la forma de tratarnos unos a otros”.
Sin embargo, la resignación no es una opción, dice Seifried, que apuesta porque “los profesores deben establecer una relación positiva y constructiva con los alumnos, fijar límites y darles apoyo; y hacerlo con una autoridad positiva”.