Rogelio López Guillemain: “La gente exige a los profesionales cosas que no son realizables”

El especialista en Cirugía Estética, Plástica y Reconstructiva, habló en la 99.9 acerca de los peligros de tomarse la estética como algo frívolo: “trabajamos con elementos de daño continuamente”.

El caso de Silvina Luna ha traído nuevamente al centro de la escena el peligro de tomarse la estética como algo frívolo y apelar a personas que prometen situaciones imposibles de cumplir desde el punto de vista de un profesional.

Así lo indicó el especialista en Cirugía Estética, Plástica y Recontructiva; Rogelio López Guillemain en diálogo con la 99.9: “hemos convertido el Retrato de Dorian Grey pero al revés. En Instagram hay un espejo fantaseoso de quienes somos y como nos vemos, esa simplificación o la posibilidad de hacer click y cambiar mi estética refleja un cambio cultural. Intentan exigir a los profesionales cosas que no son realizables. Las personas, en una situación desesperada, termina cayendo en un profesional o un no profesional que es más peligroso, que ofrece milagros que no existen”.

A partir de esa situación, es que aparecen especialistas en otras áreas que proponen tratamientos imposibles de realizar o incluso peligroso para los clientes o clientas: “hay hasta peluqueros que ofrecen servicios de estética. Se ha ninguneado el tema y ahí llegan los relatos de hacer un poquito o un rellenito, son diminutivos que intentan vanalizar el proceso. Si el daño se hace con elementos irreversibles, es permanente. Con el correr del camino de la profesión y de la especialidad uno interpreta el poder de daño que tenemos. Trabajamos con elementos de daño continuo. Los medicamentos son venenos dados en pequeñas dosis para que sirvan como remedios. Lo mismo sucede con un bisturí o un relleno o toxina. Ese criterio no se compra con un cursito o con videos de YouTube”.

Por otro lado, López Guillermain, explicó que también los cirujanos plásticos tienen que actuar como psicólogos con muchos pacientes, porque se encuentran con situaciones realmente peligrosas: “las personas que vienen a nuestro consultorio, se sienten mal con su aspecto, no vienen con una dolencia física. Tienen angustia con su imagen, a veces justificada y a veces no. Tenemos que tener la entereza y honestidad para decir esto no se puede resolver. Intentamos que lo vea desde otro lado o bien ofrecer cosas realizables”.

Incluso puso como ejemplo un caso extremo que le tocó vivir en primera persona: “una vez una madre me trajo un neonato, un bebé que estaba amamantando porque le veía una manchita en el labio y ella era muy perfeccionista por lo que quería que el bebé sea perfecto. Ahí tenemos que ser psicólogos”.