Es la conclusión de la investigación de la agencia federal tras la explosión del potente cohete el pasado mes de abril en Texas. Una versión de esa nave forma parte de la misión de la NASA para volver a la Luna.
Space X deberá hacer 63 modificaciones para poder volver a lanzar el Starship Super Heavy, su poderoso cohete espacial, después de la prueba que terminó en explosión el pasado mes de abril. Es la conclusión de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) tras dar carpetazo a la investigación, un golpe para los intereses de la compañía fundada y dirigida por Elon Musk que podría también retrasar la misión Artemisa 3 a la Luna, pues la NASA ha encargado una versión modificada del Starship para llevar a sus astronautas a la superficie lunar.
El mismo empresario sudafricano había escrito esta semana en X -la red social conocida anteriormente como Twitter y que también controla y preside- que el Starship estaba listo para despegar, a la espera de la aprobación de la licencia por parte de la FAA. Sin embargo, Space X deberá llevar a cabo importantes modificaciones para seguir adelante con su proyecto espacial.
“Las acciones correctivas incluyen rediseños del hardware del vehículo para evitar fugas e incendios, rediseño de la plataforma de lanzamiento para aumentar su robustez, incorporación de revisiones adicionales en el proceso de diseño, análisis y pruebas adicionales de sistemas y componentes críticos para la seguridad, incluido el Sistema Autónomo de Seguridad de Vuelo, y la aplicación de prácticas adicionales de control de cambios”, según explican en un comunicado.
La autoridad federal aclara que “el cierre de la investigación del percance no indica una reanudación inmediata de los lanzamientos de Starship en Boca Chica”, en Texas y que “SpaceX debe implementar todas las acciones correctivas que afecten la seguridad pública y solicitar y recibir una modificación de la licencia de la FAA que aborde todos los requisitos regulatorios aplicables, ambientales y de seguridad antes del próximo lanzamiento de Starship”.
El incidente en cuestión sucedió el pasado 20 de abril, minutos después de despegar desde una plataforma de lanzamiento en el sur de Texas. El cohete, el más potente jamás construido no alcanzó la órbita. Tras el lanzamiento a las 7:33 de la mañana, hora local, el Starship atravesó un período de máxima presión aerodinámica y a continuación comenzó a caer antes de explotar en una bola de fuego por encima del Golfo de México.
El accidente dejó un cráter en tierra y desató un incendio de una hectárea y media en un parque estatal cercano, propiciando demandas de grupos medioambientales contra la FAA por haber autorizado el lanzamiento sin garantizar la seguridad de los ecosistemas en tierra.
La decisión de la FAA es un golpe para los intereses comerciales de Space X. Su programa Starship forma parte fundamental de su programa de satélites Starlink que garantiza el acceso a internet en más de 50 países a través de un red de 4.000 satélites repartidos por todo el mundo.