La opinión pública china es favorable a la causa de los palestinos.
Unas pocas horas después de que Israel lanzara el ultimátum de 24 horas para evacuar a un millón de personas que están en el norte de Gaza, a más de 7.000 kilómetros de allí, en Pekín, un diplomático israelí era apuñalado en una calle en el distrito de Chaoyang, en el centro de la capital de China.
Apenas han transcendido todavía más detalles del incidente, pero por las redes sociales chinas rápido circularon varios vídeos en los que se ve a un hombre vestido de blanco atacando con un cuchillo al israelí.
En otra toma, la víctima aparece ensangrentada en el suelo rodeada por policías y con otro extranjero a su lado que pide a gritos una ambulancia. Fue la embajada de Israel la que confirmó que el hombre era un trabajador de su delegación, añadiendo que se encontraba estable y que estaba siendo tratado en un hospital.
En uno de los vídeos se escucha opinar en mandarín a una mujer que pasa por la escena que el ataque ha tenido que haber sido por la sangrienta incursión de Israel en Gaza tras el ataque de Hamas. En China, la opinión pública está volcada con Palestina. En Weibo, el hermano chino de Twitter (ahora X), son muchos los comentarios que justifican la ofensiva del grupo islamista citando que Israel lleva años ahogando y asesinando al pueblo palestino.
A nivel político, al igual que ocurrió tras la invasión rusa de Ucrania, el Gobierno de Xi Jinping, que siempre ha apoyado públicamente la causa palestina, defendido incluso en la ONU que la solución del conflicto pasa por la creación de un Estado palestino soberano, se perfiló desde el principio como un actor “neutral” en la guerra que ha estallado en una región donde Pekín lleva tiempo tratando de extender su influencia.
Además de su visible simpatía hacia Palestina, China también tiene muy buenas relaciones con Israel. Y el gigante asiático va a mantener en este conflicto una máxima que mantienen a rajatabla: la no interferencia en los asuntos internos de otros países. Eso es lo que repiten una y otra vez desde Pekín, aunque en los comunicados públicos insisten en la necesidad de sentar en la mesa a israelíes y palestinos para encauzar conversaciones de paz.
El viernes, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, se pronunció por primera vez sobre el conflicto en Oriente Próximo, pidiendo que se cumplan los “derechos legítimos de la nación palestina”.
El enviado especial de China para asuntos de Oriente Medio, Zhai Jun, que ha mantenido conversaciones telefónicas tanto con altos funcionarios israelíes como con los de la Autoridad Nacional de Palestina (ANP), cuyo gobierno reconoce Pekín, pidió el jueves un alto el fuego y que ambas partes reiniciaran las conversaciones sobre la base del marco de solución de dos Estados.
“El quid de la cuestión es que no se ha hecho justicia al pueblo palestino”, dijo Zhai. La embajadora de Israel en China, Irit Ben-Abba, respondió diciendo que Pekín debería usar su influencia sobre Irán para controlar a Hamás, ya que Teherán estaba “definitivamente muy involucrado en lo sucedido”. Las autoridades chinas han informado que tres ciudadanos chinos habían muerto en el conflicto y que dos siguen desaparecidos.