José, de 23 años, lleva casi un año en el país: “He cobrado 25 dólares la hora fregando platos en un local”. Desde 2019, ha aumentado un 37% el número de jóvenes españoles que se han trasladado al país, según la ABS.
Australia se ha convertido en uno de los destinos predilectos de los jóvenes españoles para irse a trabajar, viajar y estudiar. Según los datos mensuales sobre visados de la Oficina Australiana de Estadística (ABS), el pasado julio llegaron al país 297.000 inmigrantes con visado de estudiante, 120.000 más que hace un año, de los cuales 38.000 son españoles, un 37% más que en 2019.
Este récord de recepción de jóvenes internacionales confirma el éxito de las nuevas políticas de inmigración del Gobierno de Anthony Albanense. El presidente australiano ha apostado por la prorrogación del derecho a permanecer en el país de aquellos que “se hayan graduado de carreras demandadas” y también para los que “se desarrollen en oficios donde requieran mano de obra con o sin cualificación”.
José Farnós, castellonense de 23 años, finalizó sus estudios superiores en gestión hostelera y hotelera, hizo las maletas y se mudó a Australia hace casi un año. El joven cuenta a 20minutos que “tenía claro que quería irse fuera” antes de meterse de lleno a “buscar trabajo fijo de lo que había estudiado”. Un amigo fue, en concreto, quien le dio la idea, se informó un poco, buscó una agencia que le gestionase un visado de estudiante y, tres semanas después, “ya estaba allí”.
Viajar, trabajar, estudiar y ‘encontrarse’
Las principales motivaciones que llevaron a José a decantarse por mudarse a Australia y no a otro país fueron “las infinitas posibilidades para viajar, la facilidad para encontrar trabajo y los sueldos altos”. El país del continente oceánico ocupa el puesto número seis en el ranking de países con el sueldo mínimo más alto: 21,38 dólares australianos la hora (12,85 euros), lo que se traduce en 3.420 dólares australianos al mes con un contrato de 40 horas (2.056 euros).
José asegura que el objetivo de todos los jóvenes que ha conocido allí es el mismo que el suyo, “viajar y conocer gente”, y en este sentido desgrana la clave para exprimir la experiencia: “Encontrar una fuente de ingresos en cada ciudad e intentar ahorrar”. El joven había trabajado en hostelería en España antes y asegura que trabajar en el país no fue “ningún shock”. “Lo que más me llamó la atención es la libertad, si pides trabajar horas te las dan, pero les da igual cuando empiezas, cuando lo dejas, están acostumbrados a que la gente vaya y venga”.
Sobre la vida en Australia, el joven asegura que “es cara, sobre todo el ocio”, pero insiste en que es “extremadamente fácil encontrar trabajo, sobre todo en hostelería, turismo, industrias o granjas. Además, trabajando media jornada puedes vivir cómodamente. He llegado a cobrar 25$ la hora (15,05 euros) fregando platos en un local”. Aún así, no todo es fácil y hay veces que esa “inestabilidad e incertidumbre agota”, pero asegura que “vale la pena”: “Aprendes a confiar en ti y conectas con personas de todo el mundo que están igual que tú, aquí estás lejos de todos tus seres queridos, resuelves todo tipo de situaciones tú solo porque no hay otra opción”.
Desde que llegó, ha vivido en tres ciudades, ha tenido nueve empleos distintos y, con lo que ha ahorrado, ha viajado durante dos meses dando la vuelta entera al país en un coche que se compró allí y que cariñosamente ha apodado ‘La Alonseta’. Próximamente, viajará a Tailandia para recorrer su geografía de punta a punta y volverá a España para pasar la navidad. “Mi país me encanta, pero seguramente mi próximo destino será Estados Unidos y no descarto volver a instalarme en un futuro en Australia, pero ya trabajando de algo relacionado con lo que estudié” cuenta el castellonense.
‘Buscadores de experiencias’
Fran Capitán, coordinador de Un salto a Australia, agencia española de ayuda burocrática, laboral y educativa para estudiantes que buscan mudarse al país oceánico, cuenta a 20minutos que, desde la covid, “que robó años de experiencias vitales a los jóvenes y les ha hecho darse cuenta que el tiempo pasa muy rápido”, la demanda de ayuda en la gestión de visados ha crecido “considerablemente”.
“Actualmente, me atrevería a decir que el 90% de jóvenes que recurren a nosotros no tienen aspiraciones de quedarse en la isla a largo plazo, como sí pasaba hace una década” apunta Fran. Gran parte de ellos son “buscadores de experiencias”: quieren viajar, conocer gente, ahorrar un dinerillo y quitarse ‘espinas’ antes de meterse de pleno en la vida adulta”.
Fran asegura que los visados de estudiante (student) así como los de trabajo y vacaciones (work and holiday) son “los más demandados entre personas de hasta 30 años”. Los primeros te permiten trabajar 24 horas a la semana mientras estudias, y, los segundos, te proponen trabajar 88 días en fábricas o granjas, donde hay más necesidad de mano de obra, o en la parte oeste de la isla, la menos habitada, a cambio de un año de permiso de residencia en la isla.
“Que vivir en Australia esté de moda es muy comprensible, la calidad de vida, el clima, la despreocupación por encontrar trabajo y por cobrar bien y los paisajes exóticos totalmente distintos a los españoles compensan cualquier obstáculo que te puedas encontrar. Es normal que cada vez más jóvenes quieran vivirlo durante un periodo, ya sea más largo o más corto de su vida”, admite el coordinador.