Cuatro niños, seis ancianas… Estos son los 13 rehenes israelíes

Las historias detrás de los pequeños y mujeres liberados este viernes.

Desde el pasado 7 de octubre el pupitre de Ohad Munder (9) permanece vacío en su escuela en Kfar Saba en el centro de Israel. “Le esperamos y él lo sabe. Ohad volverá seguro. Esto no es lo mismo sin él”, admitía uno de sus compañeros de clase antes de saber que su amigo, el deportista y amante de trivial, iba ser incluido en la lista de 13 niños y mujeres liberados por el grupo integrista Hamas.

El 7 de octubre, Ohad y su madre Keren (54) estaban en el kibutz Nir Oz para pasar el fin de semana con sus abuelos Abraham (78) y Ruti (78). Ese día y como otras localidades israelíes limítrofes con la Franja de Gaza, la pequeña agrupación agrícola fue atacada por el brazo armado de Hamas. Los atacantes secuestraron a Ohad, su madre y abuela mientras asesinaron a su tío Roi. “Desde entonces, tomo pastillas para dormir y cuando me despierto tengo sentimientos de culpa por no haber estado pensando en ellos mientras duermo”, admitía el padre de Ohad, Avi.

El abuelo permanece en el cautiverio como otras 200 personas en algún lugar de la Franja de Gaza. Allí, quizá en algún túnel de Hamas, Ohad celebró hace un mes su noveno aniversario aunque el 24 de noviembre puede sumarse como nuevo cumpleaños. Su pupitre le espera. Y las gradas del Hapoel Beer Sheva. Este club no tardó en expresar la alegría por el aficionado que más echaba en falta. “¡Qué bien que has vuelto a casa!”, escribió.

La primera tanda de los 50 rehenes pactados hasta este lunes iluminó muchos hogares israelíes que rezaban por ellos y ahora seguirán rezando por el resto en uno de los momentos más traumáticos en la historia del país.

Hanna Peri (79) del kibutz Nirim, recuperó la libertad aunque dejando atrás en el cautiverio a un hijo mientras el otro fue asesinado. Peri es la única de los 13 israelíes liberados este viernes que no fue secuestrada en el kibutz Nir Oz. No es casual ya que 77 (entre ellos 13 niños) de los rehenes del llamado “Sábado Negro” proceden de esta pastoral localidad.

Como la israelí Doron Katz Asher (34) y sus hijas pequeñas Raz (4)y Aviv (2). En la llamada Plaza de los Secuestrados de Tel Aviv, el padre y marido Yoni decía: “Desde su secuestro, no tengo vida. Mis pequeñas niñas no deberían estar secuestradas por terroristas”. El 7 de octubre y tras horas de dramáticas incertidumbre pudo ver en uno de los videos en las redes sociales a un hombre armado intentando poner una venda en la cabeza de su esposa. Fue la cruda confirmación de que empezaba el infierno para su familia. Para él, el inicio de una campaña personal, nacional e internacional a favor de su liberación que llegó hasta la Casa Blanca y el Vaticano. “Por fin, están aquí (…) Ya habrá tiempo para digerirlo todo”, escribió esta noche en Facebook pidiendo el regreso del resto de rehenes. Entre ellos su suegra Efrat Katz (67).

Una de las imágenes más conocidas y surrealistas del masivo secuestro fue la de una anciana transportada por milicianos palestinos en un carrito de golf. “¡Esta es mi abuela! ¡Te secuestraron sin obstáculos y te llevaron a la Franja de Gaza. ¡Se llama Yaffa Adar y tiene 85 años!”, proclamó su nieta Adva entre la indignación por la indefensión de su abuela, rabia por haber sido secuestrada y asustada por lo que podía pasarla. Esta superviviente del Holocausto y una de las veteranas del kibutz Nir Oz sigue en Gaza ya que su nieto Tamir continua en manos de Hamas.

El caso de Hanna Katzir, de 76 años, es especialmente dramático porque no muchos creían que estuviera viva. Hace dos semanas, Yihad Islámica difundió un video anunciando su muerte en uno de los bombardeos israelíes. No era verdad. Quien sí fue asesinado fue su marido Rami durante el ataque en el Kibutz que acabó también con el secuestro de su hijo Elad.

“Hemos visto a Adina en televisión y la alegría ha sido increíble. Hemos sufrido mucho y ahora solo queremos abrazarla”, comentaba Korin tras ver fugazmente en la pantalla a su suegra Adina Moshe, de 72 años. Esta mujer, que este viernes por la noche ya se reencontró en el hospital con su hijo Amos, fue secuestrada en el pequeño cuarto sellado de su casa en el que se había refugiado ante los proyectiles y disparos. El refugio no evitó la tragedia. Los terroristas asesinaron a su marido, un agricultor de la zona, y se la llevaron en una motocicleta. La imagen también se hizo viral. Su familia, que logró sobrevivir y ser rescatada en el kibutz, ya no ve la foto de su secuestro con pánico sino con tristeza pero mucho alivio.

Daniela Aloni (44) y su hija Emilia (5), con nacionalidad también argentina, regresan a casa tras ser secuestradas en un sábado como cualquier otro que pasaban con la familia de su tía Sharon en Nir Oz. De hecho, su alegría no es completa porque Hamas sigue teniendo en sus manos a Sharon, su marido David y sus hijas gemelas Ella y Yuli, de tres años. La madre y las dos pequeñas, si están vivas, podrán volver en los próximos tres días ya que cumplen los requisitos pactados en la negociación liderada por Catar.

Margalit Mozes (78) se estaba recuperando positivamente de un cáncer cuando fue secuestrada junto a su ex marido Gadi Moses. “Ama la vida como pocas”, confirman sus conocidos recordando que hace unos meses participó en un crucero en el norte de Noruega y tenía planes de viajar a Mozambique en invierno. Al final, viajó contra su voluntad a la Franja de Gaza con la suerte de poder volver para contarlo.

Mientras Israel se reencontraba con todos ellos, llegaba la lista de la segunda tanda de nombres, apellidos e historias para liberar este sábado.