Esta mañana en la 99.9, el presidente de la Sociedad de Fomento del barrio “Villa Primera” se mostró preocupado por la situación de inseguridad que están sufriendo, con tres hechos en tres días. Sobre el último de ellos, contó que fue “una entradera a una pareja de abuelos de 90 años a quienes molieron a palos y les robaron todo. Se fueron caminando, con total impunidad”.
Los vecinos de Villa Primera están nuevamente alarmados por la ola de violencia que están sufriendo. Después del crimen de Rafael González, todo estaba más tranquilo, pero la violencia no tardó en recrudecer.
Esta mañana en la 99.9, el presidente de la Sociedad de Fomento del barrio, Ricardo Zappa, explicó que “aparentemente, todo se aquietó por unos días. Pero ahora ha recrudecido el delito en Villa Primera. Tuvimos tres hechos esta semana, lunes, martes y miércoles”. Todos los casos, con un alto nivel de violencia: “casi matan a un chico para robarle una moto. Tuvimos que salir los vecinos a gritarle para que le dejaran de pegar, si no lo mataban; quedó tirado en la calle. Hubo un arrebato a una señora y ayer tuvimos la desgracia de una entradera a una pareja de ancianos, a quienes molieron a palos y se llevaron de todo. Los delincuentes salieron caminando, con total impunidad. ¿Cuál es la necesidad de pegarle con tanta saña a un matrimonio de 90 años?”.
Aunque los medios anuncian constantemente una mayor presencia policial, los vecinos no ven ese movimiento en los barrios. Y Villa Primera parece no ser la excepción: “vemos que hay policía, pero en la costa. En los barrios no hay nada. En Villa Primera, de los refuerzos que llegaron, no recibimos nada. Todos los que están, están en la avenida. La policía tiene que salir a buscar a los delincuentes, no tener los patrulleros parados en la costa. No deberían correr detrás de los hechos”. Esta situación de quietud constante, como si se tratase solo de puestos de vigilancia, incomoda a los vecinos: “tienen que entrar con las motos a los barrios para buscar a los motochorros; no a gente que se para en las esquinas y les sacan fotos”.
Los policías, además, están trabajando en situaciones infrahumanas, y eso habla de lo precario del servicio que pueden ofrecer: “hablaba ayer con un chico que salió ahora de la policía y que llevaba 24 horas de servicio, lo habían puesto en la comisaria que estaba en la plaza Revolución de Mayo. Terminó el turno de 10 o 12 horas y continuó el turno por Tejedor al 200. Ese hombre no rinde para nada”.
Para colmo de males, en esa zona de la ciudad los comisarios pasan tan rápido que ni siquiera tienen oportunidad de alcanzar cierto vínculo con la Sociedad de Fomento: “aparentemente, efectivos para las comisarías móviles no hay. Hablamos con el comisario, que cuando había comenzado a conocer las calles, ya lo habían cambiado. Ayer quise hablar con él y me dijo que no estaba más, y hacía unos pocos días que lo habían nombrado. Ahora queremos tener una reunión con el nuevo, pero no llegamos ni a aprendernos el nombre que los cambian”.
Si bien lo expresado por Zappa tiene que ver con la problemática de su barrio, es consciente de que toda la ciudad está en la misma situación: “en los Foros de Seguridad se debate y todos tenemos el mismo pedido. Veremos si podemos tener armado el mapa del delito, antes de que vuelvan a cambiar al comisario”.