El fuego que comenzó el jueves pasado ya afectó miles de hectáreas de bosque nativo. La lucha no es sólo contra el fuego sino que además se debe tener muy en cuenta qué ocurre con el viento y las altas temperaturas, que conspiran contra el éxito del operativo.
Luchar contra el fuego en las zonas de bosque es una de las tareas más complejas para quienes buscan evitar que las llamas consuman cientos de años de desarrollo forestal. Eso es lo que ocurre desde la semana pasada en uno de los territorios protegidos más fascinantes de la Patagonia Argentina: el Parque Nacional Los Alerces, en la provincia de Chubut.
Allí trabajan de manera incansable y desafiando los límites de la propia preservación 347 brigadistas que le ponen el cuerpo y la mente a un operativo que no cesa. Con sus manos, utilizando herramientas manuales y motosierras buscan retirar la mayor cantidad de combustible vegetal y al mismo tiempo “enfriar” la mayor superficie posible para evitar la reactivación y el avance del fuego.
Los que van por tierra (en su mayoría bomberos con autobombas de la región) cuentan además con el apoyo de quienes arrojan agua desde el aire, ya sea desde alguno de los 3 helicópteros que cuentan con helibalde, o al pasar una y otra vez con los dos aviones hidrantes. A este equipo se le suma un avión de observación, un avión anfibio tipo Fireboss y una flota de drones de observación de puntos calientes.
La información del reporte oficial
Según el reporte del Comando Unificado del Parque Nacional Los Alerces y el servicio provincial de manejo del fuego de Chubut, hasta el sábado a las 21 horas, el incendio ya había consumido 3147 hectáreas de bosque. Durante los últimos días, el viento variable dificultó las tareas de combate por parte de los brigadistas que poco pudieron hacer frente a ráfagas de 75 kilómetros por hora que avivaron el fuego en cada uno de los focos en los que se generaron columnas convectivas.
Afortunadamente durante el día de ayer hubo mejoras importantes en las condiciones meteorológicas, que permitieron sostener los trabajos que se habían realizado en las líneas cortafuego por los 269 combatientes desplegados en los ocho sectores. La estrategia involucró también el despliegue del apoyo aéreo que operó normalmente con helicópteros y aviones hidrantes descargando agua en los puntos calientes más críticos.
Investigan las causas del incendio
A pocos días del inicio del fuego, los peritos de la División Investigación de Siniestros de la Superintendencia Federal de Bomberos de la Policía Federal llegaron al lugar para inspeccionar la zona y elaborar teorías acerca de cuáles fueron las causas del siniestro.
En este tipo de peritajes se toman muestras del suelo y de todo tipo de elemento encontrado que pueda aportar información sobre la propagación del fuego.
Los peritos comenzaron con las tareas de planificación y rastrillaje en el perímetro afectado para recolectar pruebas e información que permitan avanzar con la investigación y aportar datos a la causa judicial. La detección esos hidrocarburos es posible porque nunca se produce una combustión completa sino que siempre quedan algunas pequeñas cantidades de los facilitadores, incluso aunque hayan transcurrido varios días desde el inicio del incendio.