La pequeña localidad de Florida, en el sur de Chile, se vio conmocionada al enterarse de la muerte del alcalde Jorge Roa tras la noticia de su suicidio, poco después de haber renunciado a su cargo por redes sociales.
La Fiscalía confirmó el lunes que Roa, de 68 años, se quitó la vida en su hogar, apenas un día después de haber publicado en su perfil de Facebook su renuncia como alcalde. La razón detrás de esta decisión aparentemente drástica fue el accidente de tránsito que protagonizó bajo los efectos del alcohol, un suceso que desencadenó una cadena de eventos trágicos.
El domingo, Roa admitió en su red social haber cometido un “error tremendo”, tras chocar su vehículo contra una vivienda en estado de ebriedad. “Infringí la ley y como autoridad comunal debo pagar”, escribió, asumiendo la responsabilidad por sus acciones. Sin embargo, la tragedia no se limitó a este desafortunado incidente.
En su mensaje en las redes sociales, Roa también reveló que su salud había experimentado un deterioro progresivo en los últimos tiempos, mencionando pérdida de peso y dificultades físicas y psicológicas. Además, señaló haber sido afectado por lo que describió como “deslealtades y traiciones” por parte de personas de su confianza, lo que contribuyó a su decisión de dimitir.
El ex alcalde mencionó que el ambiente político se había vuelto hostil, con concejales que obstaculizaban su gestión y maniobras para socavar su autoridad. Agradeció el apoyo de funcionarios y autoridades en su gestión y expresó su deseo de ser “consecuente” con su vida y enfrentar las consecuencias de sus acciones.
Sin embargo, la mañana siguiente a su renuncia, Roa fue encontrado sin vida en su residencia. La noticia ha dejado a la comunidad de Florida sumida en el dolor y la reflexión. Muchos se preguntan cómo un hombre que había dedicado su vida al servicio público y a su comunidad llegó a este desenlace tan trágico.
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