Donde antes había nieve, ahora hay rocas áridas, y de forma destacada humedales y zonas de arbustos.
En las últimas tres décadas se han derretido 28.707 kilómetros cuadrados de la capa de hielo y los glaciares de Groenlandia, según un análisis de registros satelitales históricos. El área total de pérdida de hielo equivale al tamaño de Albania y representa cerca del 1,6% de la cubierta de hielo y glaciares de la isla. Donde antes había hielo y nieve, ahora hay rocas áridas, y de forma destacada humedales y zonas de arbustos.
Un equipo de científicos de la Universidad de Leeds (Reino Unido), que ha seguido los cambios en Groenlandia desde la década de 1980 hasta la década de 2010, señala que las temperaturas más cálidas del aire están provocando el retroceso del hielo, lo que a su vez está teniendo un impacto en el calentamiento de la superficie terrestre, las emisiones de gases de efecto invernadero y la estabilidad del paisaje.
El estudio, publicado en la revista Scientific Reports, muestra que el permafrost, una capa permanentemente congelada debajo de la superficie de la Tierra, está siendo “degradada” por el calentamiento y, en algunas áreas, los científicos advierten que podría tener un impacto en la infraestructura, los edificios y las comunidades que existen sobre ella.
Groenlandia es parte de la región ártica. Es la isla más grande del mundo, con un tamaño de alrededor de 2,1 millones de kilómetros cuadrados. La mayor parte de su territorio está cubierto de hielo y glaciares y alberga a casi 57.000 personas.
Desde la década de 1970, la región se ha estado calentando al doble de la tasa media mundial. En Groenlandia, las temperaturas medias anuales del aire entre 2007 y 2012 fueron tres grados más cálidas que el promedio de 1979 a 2000. Y los investigadores advierten que es probable que en el futuro se produzcan temperaturas más extremas.
“Las temperaturas más cálidas están relacionadas con los cambios en la cobertura terrestre que estamos viendo en Groenlandia”, ha indicado en un comunicado Jonathan Carrivick, científico terrestre de la Facultad de Medio Ambiente de Leeds y uno de los autores del estudio. “Analizando imágenes satelitales de alta resolución, hemos podido producir un registro detallado de los cambios en la cobertura del suelo”, ha añadido.
La pérdida de hielo se concentró en los bordes de los glaciares actuales, pero también en el norte y suroeste de Groenlandia. También hubo altos niveles de pérdida de hielo en áreas localizadas en el oeste, el medio noroeste y el sureste.
A lo largo de las tres décadas, la cantidad de tierra con vegetación aumentó en 87.475 kilómetros cuadrados, más del doble durante el período de estudio, siendo más pronunciado en el suroeste, el este y el noreste. El mayor aumento de la densa vegetación de humedales se produjo en las proximidades de Kangerlussuaq en el suroeste y en zonas aisladas en el noreste.
El análisis de los investigadores revela que la vegetación había aumentado a lo largo de un gradiente latitudinal entre 63° norte y 69° norte y había disminuido al norte de este. La pérdida de hielo afecta la temperatura de la superficie terrestre debido al albedo, que es la medida de cuán reflectante es una superficie.
“Hemos visto signos de que la pérdida de hielo está desencadenando otras reacciones que resultarán en una mayor pérdida de hielo y un mayor ‘enverdecimiento’ de Groenlandia, donde la reducción del hielo deja al descubierto rocas desnudas que luego son colonizadas por tundra y eventualmente arbustos. Al mismo tiempo, el agua liberada por el hielo derretido mueve sedimentos y limos, y eso eventualmente forma humedales y pantanos”, ha manifestado Carrivick.
La nieve y el hielo son buenos reflectores de la energía del sol que llega a la superficie de la Tierra y esto ayuda a mantener la Tierra más fría. A medida que el hielo se retira, deja al descubierto un lecho de roca que absorbe más energía solar, elevando la temperatura de la superficie terrestre.
De manera similar, a medida que el hielo se derrite, aumenta la cantidad de agua en los lagos. El agua absorbe más energía solar que la nieve y esto también aumenta la temperatura de la superficie terrestre. El análisis muestra que los humedales de Groenlandia casi se han cuadruplicado, especialmente en el este y el noreste. Los humedales son una fuente de emisiones de metano.
En el artículo, los investigadores señalan: “La expansión de la vegetación, especialmente en las zonas de humedales, indica, pero también exacerba, el deshielo del permafrost, el engrosamiento de la capa activa y, por tanto, las emisiones de gases de efecto invernadero previamente almacenados en estos suelos árticos”. Los investigadores también desarrollaron un modelo para predecir aquellas áreas de Groenlandia que probablemente experimenten cambios “marcados y acelerados” en el futuro.
El doctor Michael Grimes, autor principal del informe que realizó la investigación como parte de su doctorado, ha añadido: “La expansión de la vegetación, que se produce junto con el retroceso de los glaciares y la capa de hielo, está alterando significativamente el flujo de sedimentos y nutrientes a las aguas costeras.
“Estos cambios son críticos, particularmente para las poblaciones indígenas cuyas prácticas tradicionales de caza de subsistencia dependen de la estabilidad de estos delicados ecosistemas. Además, la pérdida de masa de hielo en Groenlandia contribuye sustancialmente al aumento global del nivel del mar, una tendencia que plantea desafíos importantes tanto ahora como en el futuro”.