Mal que les pese a los agoreros; mal que les pese a muchos imbéciles, especuladores y varios perversos; a los mentirosos, los resentidos, los envenenados, a los necios y a los que no se preocupan por informarse y repiten como loros lo primero que escuchan. La Fragata vuelve a casa. Sin pagar caución, la “Libertad” quedó en libertad.
Dicho sea de paso, ¿se acuerda de la “colecta patriótica”? A veces me pregunto por qué hay que aportar tanto dinero en impuestos para pagarles el sueldo (y los gastos, y los módulos y los viáticos) a legisladores que no tienen ni capacidad ni vergüenza de su incapacidad.
El inefable medio de los Mitre elogió a Ghana como país serio, vector de la seguridad jurídica internacional y a favor de los “inversores engañados”; con ése eufemismo se refiere a los fondos buitre. Más allá del exabrupto geográfico y político (Ghana es un espanto), luego le asignó la idea de un “ahorro patriótico” al Partido Liberal Libertario (PLL), del que dijo textualmente: “conocido por sus curiosas iniciativas en favor de las libertades individuales. El presidente del PL, Gonzalo Blousson, propuso a los interesados en repatriar la Fragata recaudar los 20 millones de dólares necesarios para destrabar el embargo que pesa sobre el barco argentino, y así recuperar la nave de manera privada y voluntaria, sin intervención estatal, en una acción sin precedentes”.
Problema menor, si quiere, pero muestra del estilo con que se hace prensa. Habían pasado pocos días y una de las espadas (melladas) del medio, Carlos Pagni, cambió la autoría y escribió: “La idea nació por iniciativa del dirigente radical y ex senador José María García Arecha: recaudar, a través de una colecta popular, los 20 millones de dólares necesarios para repatriar la Fragata Libertad. Alrededor de la propuesta se están reuniendo representantes de varios partidos: Ernesto Sanz (UCR), Federico Pinedo (Pro), Alfonso Prat-Gay (Coalición Cívica), Liliana Negre de Alonso (PJ), Jorge Vanossi (UCR) y Julio Bárbaro (PJ)”. Según su propio aporte, el proyecto surgió al calor de las emociones y los citados le explicaron que “no se trataba sólo de reunir el dinero; estamos intentando que el sentimiento nacional no se despierte sólo por el fútbol“.
El diputado radical García Arecha explicó: “es un fideicomiso que armamos con el Banco Ciudad. Diseñamos el formato jurídico, hablamos con abogados en Ghana. Hay acuerdo entre los bancos que pueden intervenir y el dinero se juntaría a través de una cuenta en el Banco Ciudad para que cada uno aporte lo que pueda“. Patético.
Martín Dinatale, otra pluma prolífica en el tema de la Fragata para el diario La Nación, publicó: “por un lado, la Argentina deberá afrontar mayores gastos para el mantenimiento del buque escuela de la Armada, porque estará 25 kilómetros al este del puerto de Tema. Por otra parte, la decisión judicial de Ghana retrasará una presentación en el Tribunal Internacional del Mar con sede en Hamburgo”. Punto uno: dio por sentado que había que mover la Fragata del muelle, se equivocó. Punto dos: dijo que se retrasaría la presentación de Hamburgo, se volvió a equivocar. Evaluaré antes de leer otra nota que lleve su firma.
Señores de La Nación, en primer lugar, ¿tendrían la amabilidad de chequearse entre ustedes? En segundo lugar, ¿dedicarán diez centímetros de su costosa página para explicar qué les dijeron los iluminados ahora que la Fragata vuelve sin poner un peso? ¿O preferirán ocupar ese espacio con otro anuncio de dentífrico, supermercado, celular, tarjeta de crédito o solicitada de sus socios dilectos?
Señores legisladores, ¿tendrían la amabilidad de informarse mínimamente antes de hacer/decir tanta imbecilidad con fines exclusivamente mediáticos a sabiendas de que habrá quien las reproduzca, primero, y las oculte después, cuando salen mal? El medio vive de sus ingresos, ustedes viven de los nuestros. No sé si captan la diferencia de obligación y respeto para con el ciudadano de a pie.
Otro en la lista del copete, ubíquelo donde prefiera: Domingo Felipe Cavallo. No se cansa de hablar ni se avergüenza de su pasado. Dijo a La Nación, que lo sigue consultando: “en mi opinión, el Gobierno debería presentarse diciendo que está dispuesto a pagarles a los tenedores de bonos (otro que no usa “fondos buitre”) los mismos montos que hasta aquí le ha pagado a los bonistas que aceptaron las condiciones del canje. Que además está dispuesto a seguir abonando hacia el futuro pagos equivalentes y a discutir quién se hace cargo de las costas del juicio”. Cavallo, de paso, avaló la fórmula de “pagar una caución de 20 millones de dólares y recuperar rápidamente la Fragata. De lo contrario, puede estar meses y hasta años varada en el puerto Africano”. Un visionario.
Hay más, y da lástima. Fernando Pino Solanas. De veras, Pino, da lástima. Buen cineasta, seguramente buena persona, pero igualmente desinformado e incontinente verbal; no es la primera vez. Insiste en que hay que “denunciar la deuda del Proceso”, desconociendo que Alfonsín la validó el primer día que se sentó a negociar (basta leer la “Teoría de las Deudas Odiosas”). Ya es tarde, Pino, nos autocondenamos en 1983, cuando era el momento de aprovecharla. Usted, como legislador, debería informarse y no volverse otro incendiario. Y menos, mucho menos, escribir lo siguiente: “hoy existen más de 11.000 millones de dólares de bonos en default y cualquier tenedor puede afectar bienes de la Argentina en el exterior. Sólo excluye las reservas del Banco Central, los activos del país y los bienes que estén en el extranjero afectados a un servicio público sin excluir los buques comerciales o de guerra” (en Clarín, el 25-10-2012). ¿Y ahora, amigo? ¿Algún pedido de disculpas? A la sociedad, digo. Quiero pagar con mis honorarios la entrada para ver sus películas porque sé que es bueno; no quiero pagar con mis impuestos sus ingresos como diputado, porque habla y propone sin saber.
Párrafo breve pero en justicia. Honor profesional y académico a nuestra representación diplomática: Marcelo Kohen, fiel exponente de la sangre nueva; Susana Ruiz Cerutti un gigante (literal) a la hora de argumentar; y el embajador Horacio Basabe, un grande con mayúsculas, al que los marplatenses le debemos el entusiasmo generado en nuestra juventud local para involucrarse en la carrera diplomática y con brillante futuro (Juan Francisco Gutiérrez Tellería, Daniela Gutiérrez Alvaro, Martín Dieser, Ana Julia Gutiérrez Tellería, Maximiliano Alvarez, Juan Corteletti).
La Libertad quedó en libertad. Enhorabuena. Mal que les pese.