El director de la Escuela Secundaria N° 31 se refirió en la 99.9 al atentado que sufrió en su propio domicilio ayer por la noche luego de ratificar una denuncia penal en contra de los responsables de esa escuela en 2017 que no rindieron dinero del Sistema Nacional de Transferencias a Escuelas.
La persecución en el ámbito de la educación parece ser moneda corriente. Hace un par de años, el director de la Escuela Secundaria N° 31 de Mar del Plata, Oscar Spadari denunció ante el Sistema Nacional de Transferencias a Escuelas (SITRARED) hechos de corrupción e irregularidades jerárquicas dentro de la institución. A partir de ese momento fue padeciendo distintos tipos de acusaciones hasta que anoche, luego de ratificar una denuncia penal, atacaron su casa con pintadas intimidatorias y un intento de incendio a partir de una bomba molotov.
El propio docente contó la situación en la 99.9: “recibí amenazas de muerte escritas en la pared de mi casa, además arrojaron una bomba molotov en el frente de la casa quemando la persiana y la cortina. Fue ayer a eso de las 21.30. No me encontraba en mi domicilio, me avisó un vecino y cuando llegué encontré el móvil de los bomberos y la policía apagando el fuego. Ahí fui a la Comisaría Cuarta a hacer la denuncia”.
Es sólo el capítulo final de una larga saga que viene soportando por denunciar una situación irregular: “la única situación conflictiva se remite a dos años atrás cuando registré una irregularidad en el Plan Mejoras que es de recursos educativos que envía el Ministerio de la Nación para todas las escuelas. La Escuela 31 no recibía esos fondos y tenía las cuentas bloqueadas porque los directivos que estuvieron desde 2017 no habían rendido los comprobantes de en qué se gastó la plata. Informé a mi supervisora y se desató una persecución en contra de mi gestión que termina con falsas denuncias y un sumario administrativo que fue resuelto en marzo de 2023 en favor mío”.
Es fue sólo el primer paso de sus denuncias, porque fue encontrando otras situaciones: “hay una serie más de irregularidades que fui denunciando en nombramientos de docentes y cuando tenía que volver a mi cargo, se sembró sobre los estudiantes nuevamente falsas denuncias contra mi persona. Estoy con licencia y desde ese momento estoy con tratamiento psiquiátrico y psicológico. Ayer ante la falta de justicia administrativa, presenté una denuncia penal en el Juzgado 12 contra todos los funcionarios intervinientes”.
Las falsas acusaciones llegaron al extremo de ser víctima de denuncias por acoso sexual y violencia contra las alumnas del establecimiento, algo sobre lo que no se encontró prueba alguna: “me han atacado en mi carrera docente desprestigiándome. Me denunciaron por acoso sexual a alumnas que fue desestimado por la justicia luego de entrevistar a 21 personas de la escuela. La inspectora que hizo el informe encuentra en todo mi manejo una actitud intachable y por eso me devuelven a la escuela”.
Todo parece desarrollarse como una gran ofensiva buscando cubrir a aquellos que no rindieron cuentas del dinero que ingresaba hace 7 años: “la persona a cargo de la dirección en 2017 es Vanesa Martínez que actualmente es inspectora de escuela secundaria y la persecución la sufro a partir del jefe distrital que es Sebastián Elías. En su momento hacía las presentaciones para mostrarle lo que estaba pasando y siguió insistiendo en perseguirme y sacarme del cargo para encubrir lo sucedido en 2017”. Además, agregó otro dato importante: “Elías es pariente de Daniel Barragán”, dijo sobre el ex Defensor del Pueblo.
Oscar Spadari sabe que tiene razones para que la denuncia proceda y las personas involucradas sean investigadas. Por eso insiste en ir a fondo: “esto tiene que ver con cuestiones administrativas. Es denunciar una situación irregular y que te persigan. Hay cargos directivos que estaban mal nombrados, presenté pruebas y las autoridades que deberían actuar tienen una amistad manifiesta con la persona denunciada. Por eso la mantienen en el cargo”.