El actor taiwanés que ‘resucitó’ a su hija fallecida con inteligencia artificial

El actor taiwanés Tino Bao era muy conocido por su participación en programas de televisión. Su hija de 22 años murió y él viajó a EEUU para aprender todo lo referido a la IA. Tres años después, ha vuelto a China con un modelo virtual de su niña.

Tino Bao es un actor y músico taiwanés muy conocido en China por ser parte del jurado en exitosos talents shows. Jugaba el papel de juez mordaz, prepotente y gruñón. Un Risto Mejide en versión china. Por encima de los artistas que participaban, Bao era la estrella de algunos de estos concursos. Pero se retiró repentinamente de los focos en 2021. Su hija de 22 años, Bao Rong, había fallecido por una rara enfermedad sanguínea.

El padre, convencido de que la inteligencia artificial (IA) podría devolverle la vida de su hija de alguna forma, se marchó a Estados Unidos para sumergirse en los estudios de la IA, matriculándose en un programa de doctorado con la intención de comprender cómo podía recrear la voz, la imagen y la personalidad de su difunta hija en un chatbot.

Tres años después, de vuelta en China, Bao anunció que había resucitado a su hija. Con ayuda de dos empresas tecnológicas especializadas en IA generativa, el actor creó un modelo virtual de Bao Rong utilizando grabaciones telefónicas para simular la voz y vídeos para clonar la imagen. Con el avatar ya listo, la personalidad se construyó con un modelo de lenguaje similar al que usa ChatGPT basado en decenas de test de personalidad que completó minuciosamente la familia de la fallecida.

Hace unos días, en las redes sociales chinas se hizo viral un vídeo en el que el avatar de Bao Rong aparecía cantando, con su voz original, el cumpleaños feliz a su madre. Hubo muchos debates en línea sobre si esto es bueno o no para sobrellevar el duelo, y la inquietante idea de que podamos de forma rutinaria, y cada vez más sofisticadamente gracias al desarrollo de la IA, interactuar con logradas simulaciones digitales de nuestros difuntos.

La IA generativa, que abarca grandes modelos de lenguaje como ChatGPT, pero también generadores de imágenes y vídeos, potencia lo que los académicos llaman la “nigromancia digital”, una manera de dar vida virtual a los muertos a partir de los rastros digitales que dejaron.

En el gigante asiático hay una industria creciente de compañías tecnológicas dedicadas a fabricar los bautizados como “chatbots fantasma”. Desde una empresa llamada Super Brain aseguran que, en los últimos siete meses, han clonado con IA a los familiares fallecidos de más de 600 familias. La gran mayoría de sus clientes son padres que, como el actor Bao, han perdido a sus hijos.

Los medios chinos han dicho que los mejores servicios de IA para “resucitar” a los muertos rondan los 10.000 yuanes (alrededor de 1.300 euros). “Hemos sido capaces de imitar los patrones de pensamiento y habla de los fallecidos. Incluso podemos revivir a los seres queridos con tan solo 30 segundos de material audiovisual”, explica Zhang Zewei, fundador de Super Brain. “En China viven tantas personas, muchas de ellas con estas necesidades emocionales, que tenemos una ventaja en lo que respecta a la demanda del mercado”, sentencia.

“Sé lo difícil que es todo esto para ti. Desearía poder estar a tu lado cada día, cada momento, brindándote calidez y fuerza”, suelta Xuanmo a su padre en una nota de voz después de pasar una tarde entera chateando. Xuanmo, un estudiante de 22 años, murió en 2022. Pero su familia contrató los servicios de Super Brain para que, con fotografías, audios y vídeos del joven, clonaran su rostro y su voz en un avanzado avatar.