La argentina radicada en París habló en la 99.9 sobre la situación que se vive cotidianamente en Europa con el antisemitismo y particularmente en Francia.
La realidad europea se está haciendo cada vez más compleja porque el antisemitismo se está volviendo moneda corriente y se está fomentando desde algunos sectores volviéndose algo muy peligroso.
La argentina radicada en París, Albertina Piterbarg habló en la 99.9 sobre un curioso caso que comentó en redes sociales y replicó al aire: “llegué de un viaje de trabajo, venía cargada con dos valijas y lamentablemente el aeropuerto está muy tomado por la mafia de los taxis tradicionales. Estás un poco obligado a tomar los taxis que están ahí. Me subí a uno y tenía 1 hora y 40 de viaje porque era hora pico. El chofer puso una radio y cuando le presté atención, era una FM muy de ultra izquierda y entrevistaban a candidatos del nuevo frente de partidos de izquierda. El discurso era de un nivel de antisemitismo tan violento que me sentí mal”.
Ante esa situación, le pidió que la apague y se dio allí una situación aún más extraña: “le pedí al chofer que apague la radio y me dijo que no, que lo quería escuchar y que le interesaba eso. Además, la actitud del tipo que era norafricano y muy grandote. Para no escucharlo, me puse a cantar un tango a todo volumen para no escuchar lo que decían. Hice un show porque canto muy mal, pero cuando terminé mi tango, el tipo sin entender lo que pasaba, apagó la radio. Fue todo muy violento, lo que se escuchaba y la actitud del señor que pensaba en hacer lo que se le daba la gana. Eso habla de lo que pasa hoy en día en Francia sobre todo en algunos centros urbanos”.
También se refirió al caso de una niña de 12 años que fue violada en manada sólo por el hecho de ser judía y no haberlo contado: “lo que pasó con la niña de 12 años violada, fue un réplica de lo que hizo Hamas el 7 de octubre. Es el barrio que está al lado de mi barrio, es gente de clase de media, no estamos hablando de marginalidad. Mi hija va a una escuela pública secundaria y comentó en un momento que tenía familia en Israel después del 7 de octubre. Tuvo un problema con una compañera, cosa de chicos y la empezó a atacar diciendo que era sionista. El miedo que da eso, porque los chicos repiten lo que escuchan y el discurso de odio y resentimiento ha prendido mucho”.
La política aparece como un factor importante en la capacidad de “encender la mecha” del odio hacia los judíos: “la extrema derecha se dio cuenta que si se calla gana votos y la extrema izquierda en su afán de ganar votos de tipos como el taxista exacerbaron el discurso. El anti semitismo vocal, público y con niveles de odios inusitado, son escalofriantes”.