Así lo indicó el investigador del CIPPEC luego de que presentaran en conjunto con Argentinos por la Educación un informe sobre los aspectos que se podrían perfeccionar ante esta realidad.
La baja en la natalidad está trayendo una serie de inconvenientes en Argentina, pero también hay una ventana de oportunidad para algunos sectores, como el caso de la educación. Así lo plantea un informe que presentó la ONG Argentinos por la Educación luego de los datos recogidos por el investigador del CIPPEC, Rafael Rofman.
En diálogo con la 99.9, el autor del estudio se refirió a esa baja en el país y las razones de la misma: “en Argentina, después de décadas de estancamiento, hemos tenido una baja en la fecundidad que está vinculada a que los sectores más vulnerables pudieron controlarla. Las mujeres con menos educación en Argentina tendían a tener la cantidad de hijos que les llegaban y ahora toman decisiones al respecto. Se ve más aún en las mujeres jóvenes porque la fecundidad adolescentes entre 2014 y 2022 bajó dos tercios. Ahí había un problema muy serio pero se solucionó en 8 años, es un éxito rotundo y un motivo de festejo”.
El primer efecto que se genera es que, con el correr de los años, la sociedad argentina irá envejeciendo y eso tendrá, a su vez, otros efectos: “cuando baja la fecundidad, se genera un envejecimiento de la sociedad porque hay más adultos y eso hace ruido en otras áreas como el tema previsional principalmente. Hay más problemas de salud, en el mercado de trabajo pero donde hay ventajas que se deben aprovechar es en el sistema educativo. Lo que debemos traer a la discusión es que está bajando la fecundidad y rápido, por lo que están entrando en las escuelas primarias un 30% menos de chicos de los que entraban hace unos años. Hay que mirar esto porque ahora los dirigentes pueden poner más docentes por alumno o cerrar una escuela que no está en condiciones o avanzar en tener doble escolaridad en más escuelas, hay muchas oportunidades que se deben aprovechar para estar mejor educados”.
El sistema educativo lentamente tendría que ser reformulado íntegramente porque se está tratando de aplicar un pensamiento de 1950 a una sociedad diagramada para el 2050 y suena realmente ilógico: “se han cumplido casi 100 años de un modelo educativo que pensó Sarmiento hace 150 años. No fuimos adaptando eso a las realidades. Si ves cualquier indicador de performance educativa, éramos hace unos años uno de los mejores de América Latina y hoy nos han pasado muchos porque modernizan la educación”. En ese sentido, agregó que “hay tres componentes para atacar al mismo tiempo: la terminalidad donde tenemos problemas, también está la calidad es decir que más allá de que terminen, aprendan y el tercero que discutimos mucho es la pertinencia, es decir que enseñamos. Hay un programa muy enciclopédico y anticuado, siguen tratando de que aprendan cosas de memoria”.
Por último, agregó otro tema sobre el cuál se debería debatir en el presente: la calidad de los Institutos Docentes. “No creo que haya que cerrar los institutos docentes, pero hay que sentarse a pensar como funcionan, que formación dan y para qué, en un contexto donde la demanda de docentes va a bajar. Ahí nos podemos poner más exigentes en términos de evaluación de quienes son los que lo forman. Hay una enorme discusión por dar en un contexto donde cualquier cosa que se haga, tendrá impacto en la educación de la fuerza de trabajo argentino dentro de varias décadas”, finalizó.