La grave inseguridad alimentaria y falta de vivienda asequible para la población hispana de la tercera edad en EEUU están desplazando la atención médica como “problema crítico” de este grupo.
La grave inseguridad alimentaria y falta de vivienda asequible para la población hispana de la tercera edad en EEUU están desplazando la atención médica como “problema crítico” de este grupo, un cambio de problemática alarmante, de acuerdo con el Latino Center on Aging (LCA).
“El hecho de que los hispanos mayores estén más preocupados por los cupones de alimentos que por Medicare indica una situación terrible en la que el sustento básico tiene prioridad sobre la atención médica”, alertó Mario E. Tapia, presidente de LCA.
Este giro significativo que la organización ha detectado en su labor de ayuda a la tercera edad, sugiere, dijo Tapia, que muchas personas mayores hispanas se han visto obligadas a dar prioridad a sus necesidades básicas de alimentación, por encima de la atención médica.
Hablamos de “un problema creciente de hambre y posible desnutrición entre nuestra población de edad avanzada”, acotó Tapia, también director ejecutivo de esta organización fundada hace más de 30 años y centrada en los latinos mayores.
El hecho de que cada vez un mayor número de personas mayores estén luchando por satisfacer sus necesidades más fundamentales “debería alarmarnos a todos”, denunció Tapia, quien reconoció que todavía no hay disponibles estadísticas oficiales sobre esta inquietante situación.
Una verdad incómoda
Explicó que su alarma se fundamenta en el contacto con otros grupos humanitarios y el incremento de llamadas al programa de radio que emite su organización en La Nueva Poderosa 670 AM, de Miami; llamadas, afirmó, en que los oyentes preguntan más por los beneficios de los cupones de alimentos que por los servicios de Medicare, como se le conoce al programa de salud pública de EE.UU. para personas de la tercera edad.
Además, el problema de inseguridad alimentaria se ve agudizado por el de la escasez de vivienda asequible, especialmente teniendo en cuenta que “dos de cada tres hispanos mayores de 60 años se retiran con ingresos cerca o por debajo del nivel de pobreza (entre 12.000 y 9.500 dólares anuales)“, según datos oficiales, alertó.
En opinión de Tapia, vivimos un problema gravísimo de vivienda por la subida de los alquileres en condados como el de Miami-Dade y Broward, en el sur de Florida, lo que repercute de manera directa en la población hispana de edad avanzada que no cuenta con suficientes recursos financieros.
Hasta el punto que un preocupante número de mayores hispanos que no han podido generar recursos para afrontar una jubilación digna tienen que abandonar su hogar y acaban en las calles.
Así lo explicó Luis Collazo, comisionado de la ciudad Miami Lakes, quien calificó de “desproporcionadamente” alto y alarmante el número de inmigrantes mayores que “empezaron su vida de cero aquí, no han podido amasar recursos y dependen ahora de los programas del Gobierno y necesitan una vivienda asistida”.
Pero el problema es que “con un cheque de retiro (de pensión) de 1,000 al mes no pueden cubrir los $3,000 que cuesta recibir los servicios de vivienda oficial asistida (que incluye atención médica)“, precisó Collazo, directivo de Florida Assisted Living Association.
Tapia se pregunta con preocupación cómo piensan encarar estos acuciantes problemas las autoridades federales y estatales, más teniendo en cuenta que las proyecciones demográficas señalan que los hispanos mayores de 60 años contabilizarán unos 22 millones en torno al 2050 en EEUU, según la proyección del Profile of Hispanic Americans Age 65 and Older.
Miami-Dade, un patrón de EEUU en 30 años
Sólo en el condado de Miami-Dade, “un paradigma de cómo va a ser EEUU en 30 años”, los mayores hispanos pasarán de medio millón a dos millones en los próximos 30 años, y, a nivel nacional, se proyecta que la población hispana de 65 años o más alcanzará los 111 millones para 2060 “impulsada por las altas tasas de natalidad”, según el Censo.
“¿Qué planes tienen las autoridades del condado para encarar y solucionar estos problemas en los próximos 30 años?, se preguntó Tapia, quien se mostró cansado de la fácil apelación a la “falta de recursos” por parte de los funcionarios públicos.
La solución, para Tapia, no puede hallarse de forma aislada, sino que es necesario un enfoque integral que satisfaga las necesidades de la población hispana que envejece en este país.
“Es vital que los candidatos en las próximas elecciones den prioridad a estos temas y que los votantes elijan líderes que aboguen por el bienestar de nuestras personas mayores”, subrayó.