Se investiga la autoría de los hechos en los que se ha llegado a amenazar a los dueños de los establecimientos.
Esta semana se han registrado una serie de ataques contra hoteles en los que se alojan agentes de las Fuerzas de Seguridad encargadas de reforzar la protección de los Juegos Olímpicos de París. Recuerdan, salvadas las distancias, lo ocurrido durante el frustrado golpe de estado de Cataluña. Los uniformados, siempre objetivos.
Desconocidos lanzaron morteros pirotécnicos contra un hotel de Dammarie-les-Lys (Sena y Marne). Allí se encontraban alojados unos cincuenta agentes de policía de Isère, que han llegado para reforzar el sistema policial con motivo de los Juegos Olímpicos, según pudo saber Actu17 , confirmando las informaciones de Dauphiné . No se reportaron heridos y se ha abierto una investigación.
Cuando llegó la policía, los perpetradores ya habían huido. No se observaron daños en el hotel y no se encontró mortero cerca durante los hallazgos. La víspera, uno de los vehículos policiales estacionados en el aparcamiento del establecimiento había sido atacado con piedras. En un comunicado de prensa, el sindicato Alliance Police Nationale denunció hechos “intolerables e inaceptables” , precisando que los agentes de policía afectados fueron trasladados a otro hotel en Île-de-France.
“Sabemos que aquí hay policías, los vamos a quemar”. Mientras, circulan en las redes sociales llamamientos a atacar los alojamientos de los agentes de policía. En L’Haÿ-les-Roses (Val-de-Marne), cinco personas amenazaron al director de una residencia donde se alojan 118 policías durante el evento internacional. “Sabemos que hay policías aquí, los vamos a quemar”, dijo uno de los sospechosos.
Unos días antes, los funcionarios se encontraron con un extraño en la residencia que supuestamente los amenazó con matarlos antes de fotografiarlos con su teléfono y huir. La policía no quiso presentar denuncia, indica una fuente cercana al caso.
Durante la noche del sábado al domingo, en Orsay (Essonne), agentes de los CRS descubrieron etiquetas antipoliciales y antifascistas en las paredes de su alojamiento temporal. Por cada hecho se abrió una investigación.