La coautora del libro “Mamá, soy trans” habló desde España en la 99.9 acerca de las ideas que desde distintos ámbitos profesionales se terminan volcando en niños y niñas sobre su sexualidad.
En todo el mundo se está poniendo sobre la mesa la discusión acerca de los adolescentes trans y el peligro que implica la información que se vuelca a los jóvenes a través de distintas vías. Nagore de Arquer, es una mujer que atravesó esa situación a los 15 años y pudo darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Entonces, comenzó a estudiar psicología (justamente una psicóloga la había introducido en la idea de pensar que en realidad era un varón) y escribió el libro “Mamá, soy trans” buscando concientizar sobre distintas situaciones.
En diálogo con la 99.9, Nagore señaló que “soy psicóloga, acabo de terminar la carrera y cuando llegué a la facultad de psicología de aquí, yo me identificaba como trans, yo soy mujer y me identificaba como chico. A raíz de ciertos aprendizajes que realicé durante la carrera, me di cuenta de que transicionar no iba a ser mi solución y me puse en contacto con uno de mis profesores que tenía las mismas ideas que yo. A partir de mi experiencia personal, la experiencia como psicólogos y por hablar con otros padres, nos decidimos un poco a hacer este libro para ayudar a guiar a otras familias que están pasando por estos problemas, a entender lo que les pasa a sus hijas e hijos y ayudarles de la mejor manera posible, basándonos en la evidencia y no como hoy en día se hace, que es un poco alejado de la evidencia”.
La primera crítica que vuelca en su análisis es hacia la propia profesión que ahora ejerce: “critico mucho a la psicología porque es mi ámbito, pero también lo hacen desde ámbito de medicina, desde profesores y demás. Desde la psicología me parece muy grave, porque yo soy psicóloga y me parece especialmente grave que tú vayas a un psicólogo, que es quien debe ayudarte a entender los problemas que tienes, que tú puedas decirle este es mi camino y punto. Y que el psicólogo tenga que estar de acuerdo contigo en todo y darte la razón. Así no es como debería funcionar”, advirtió.
Literalmente, le dijeron que si se relacionaba mejor con varones, quizás era porque en realidad era un varón. Esas palabras la llevaron a otro camino: “caer en los estereotipos sexistas de los que llevamos mucho tiempo intentando huir, para decir que una niña es un niño, o que un niño es una niña, es muy grave. Si una niña juega al fútbol y se pone pantalones, no significa que sea un niño. Y si un niño se pone vestido, tampoco significa que sea una niña. Es bastante grave que desde la psicología se compartan estas ideas tan dañinas”.
Algunos países han comenzado a revertir las leyes laxas sobre este tema que permitían bloqueadores de pubertad por ejemplo o la operación de cambio de sexo incluso sin consentimiento de los padres: “se están empezando a dar cuenta en otros países de la barbaridad que ha supuesto esto, y están empezando a dar marcha atrás. Los bloqueadores de pubertad han sido prohibidos o recetados con mucha cautela en muchos países. La hormonación cruzada en muchos países ya tiene que ir precedida de una evaluación psicológica. Parece que aquí en España estamos yendo pues con mucho retraso, porque ahora estamos aprobando las leyes que están permitiendo la hormonación sin ningún tipo de control”, advirtió.
Otro aspecto que influencia mucho a los jóvenes es el acceso a redes sociales y lo que allí se indica: “es muy común que una chica que no encaja con sus compañeros, con sus compañeras, se refugie en las redes sociales, porque al final busca un entretenimiento o relacionarse con gente, y es normal que llegue a las redes sociales. A través de estas mismas redes les dicen que si no son capaces de relacionarse, o que si tienen problemas, que si se sienten tristes, la transición es la solución. Es muy grave que estemos aceptando este tipo de mensajes a través de redes sociales, teniendo en cuenta que son las niñas más vulnerables las que van a caer en ellos. En los colegios también es bastante grave, porque los colegios deberían ser un lugar en los que se enseñase cosas reales y basadas en la ciencia a niños y a niñas. Pero ahora, actualmente, aquí en España, hay personas dando charlas en colegios sin ningún tipo de formación, que están enseñando ideas como que el sexo se puede escoger, como que el sexo es identitario y que es un espectro, no hay solo dos sexos, o que la identidad depende de cómo te vistes. Cosas muy locas y que están haciendo mucho daño. Muchas chicas salen de charlas del instituto diciendo “Vale, yo soy un chico” porque, claro, les están metiendo estas ideas tan dañinas en la cabeza. También se dice que la hormonación cruzada no tiene ningún tipo de riesgo, que las operaciones de reasignación son completamente funcionales y que no son experimentales. Y estas son falsedades”.
Por último, Nagore de Arquer fue muy clara respecto de la importancia de las familias en ese camino porque son los que pueden ayudar a los niños o niñas: “es muy importante que las madres, como dices, se unan y alcen la voz, porque aquí en España por lo menos, son las madres las que están cambiando las cosas y están haciendo que se cambien las leyes”.