Ariel Wilkis: “El mercado de crédito que antes era para mejorar las condiciones de vida, ahora se usa para llegar a fin de mes”

El Decano de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) habló en la 99.9 sobre el libro que escribió: “Historia de cómo nos endeudamos”.

El acceso al crédito siempre ha sido un tema sensible en la Argentina para las familias. El Decano de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), Ariel Wilkis escribió el libro “Historia de cómo nos endeudamos” donde analiza los cambios que ha tenido este fenómeno en nuestro país.

Para explicarlo con más detalle, habló en la 99.9: “el libro cuenta la historia desde el año 83 hasta el día de hoy, del rol del mercado de crédito durante diferentes coyunturas sociales y políticas. La conclusión es que hay un mercado de crédito que en la década del 80 era donde las familias podían ir a buscar instrumentos para mejorar su condición de vida, para comprar una vivienda, para aspirar al ascenso social; y 40 años después van a buscar instrumentos para llegar a fin de mes: para comprar alimentos, para comprar medicamentos, para pagar la obra social o el club”.

También hay otro importante dato a tener en cuenta y es la aparición de las billeteras virtuales: “hoy en día, en un contexto de crisis marcado por caída fenomenal de los ingresos y alta inflación, tenemos hogares de sectores medios que se financian cada vez más a través de la tarjeta de crédito pero no para pagar un viaje de 15 días a Brasil, sino para poder llenar la heladera. Tenemos sectores medios bajos o bajos que multiplican su estrategia de financiamiento, desde la utilización de las apps, billeteras virtuales, pedidos de préstamos familiares fiados en la esquina, hasta préstamos con el prestamista. Las carteras de financiamiento son múltiples y heterogéneas por lo que las familias van utilizando uno y otro sistema”.

La historia dice que aquellos que menos tienen, mejor cumplen con las obligaciones de pago y, aún así, no tienen el mismo acceso que aquellos que están dentro del sistema bancario: “está constatado por las estadísticas de todos los países del mundo y en todos los estudios, donde se corrobora que la gente que menos tiene es la que mejor paga. Trabajo en el libro sobre esta cuestión y también sobre lo paradójico que resulta que los sectores de la sociedad que está corroborado que son los mejores pagadores, el sistema bancario apuesta menos a ellos y los deja en manos de lo que yo llamo el lado B del sistema bancario: financieras, prestamistas e incluso ahora también, apps”.

En el largo plazo todo se irá modificando casi constantemente porque la tecnología permite eso: “lo más relevante en el largo plazo, es que hay una revolución en los mecanismos de medios de pago y de circulación de las oportunidades de crédito, que no es a nivel local, sino a nivel mundial y que de alguna manera está generando un nuevo proceso que hace posible que en el teléfono tengamos la alternativa tanto de pagar como también de sacar todo tipo de créditos”.